Llega el tercer Major de la temporada y con él los mejores jugadores del mundo en busca de la gloria y de la victoria en un torneo que cualquier jugador querría ganar.
Este Open Championship de Muirfield va a ser uan dura prueba para todos los jugadores que tomen parte en el. Desde los primeros del Ranking Mundial, como Tiger Woods -veremos como está de su lesión en el codo- y Rory McIlroy, que sigue buscando sus mejores sensaciones este año, pasando por Ernie Els, ganador del año pasado, o Phil Mickelson, que llega a Muirfield pleno de moral e ilusión tras su victoria ayer en el Scottish Open.
Hace apenas unas semanas hablábamos de la dificultad de Merion, de sus calles estrechas, de sus greenes endiabladamente rápidos y movidos y, sobre todo, de su rough mortal. Bueno, pues da la sensación de que Muirfield va a ser, cuando menos, igual de complicado. Las previsiones meteorológicas hablan de ausencia de lluvia, de vientos moderados y de no mucho calor. Las calles están duras como piedras y los greenes, muy complicados. El rough no tiene nada que envidiar al de Merion y los resultados que se harán no serán, seguro, muy bajos.
Y en esas situaciones el juego y los favoritismos se igualan. Los grandes, Tiger Woods, Phil Mickelson, Rory McIlroy, Graeme McDowell o Adama Scott, por decir un ramillete de ellos, no las tienen todas consigo. Saben que con su vitola de favoritos tienen que cumplir unas expectativas que otros no tienen. La presión para ellos es mayor y su exigencia extra puiede que les pese.
Hoy por hoy, parece que el más fuerte mentalmente puede ser un Phil Mickelson que llega con una victoria debajo del brazo realmente importante. Woods pensará, seguro, en su codo cada vez que pegue a la pelota y McIlroy no sabrá por donde van a salir sus golpes dada la temporada que está teniendo.
Todo esto hace que este Open Championship sea más atractivo que nunca, que tenga sorpresas esperándonos a la vuelta de cada hoyo y, además, el atractivo para nosotros de saber si alguno de nuestros seis representantes tiene la opcion de luchar por una victoria que no se produce en un Major desde que Chema Olazábal ganó su último Masters de Augusta en 1999, hace este año 14 temporadas y 56 Majors.
Pero independientemente de estas posibilidades, acertar quien ganará este año el Open está más difícil que nunca. Por eso les propongo un juego. Hagan una lista de diez nombres -sus favoritos para el torneo- y compárenla luego con la clasificación final en sus diez primeras posiciones. Ya les digo yo que si ponen las dos listas una al lado de la otra al final del torneo será un milagro que acierten más de tres nombres entre esos diez primeros clasificados.