Me encuentro en una de las mayores pruebas ciclistas que se disputan en China, el Qinhai Lake Tour. Esta prueba se desarrolla junto al lago de agua salada más grande del mundo, en un recorrido espectacular entre montañas, ríos, poblados tibetanos y naturaleza salvaje. Todo ello por encima de los 3.000 metros de altura con una cota máxima de 4.120 metros y trabajando como asistente de dirección del equipo BURGOS-BH.
Es un placer poder colaborar con el equipo, un grupo humano antes que un equipo profesional, aunque cuentan con experiencia en carreras en lugares tan diferentes y distantes como Méjico, Cuba o Sudáfrica. Ahora han llegado a China, y amigos, China sorprende!
China respecto al deporte profesional es la tierra de las oportunidades, ya lo hemos comentado en otras ocasiones en relación con el mundo del golf. Ahora en ciclismo, la organización sigue siendo excepcional, el cuidado máximo por el detalle, como siempre, y un servicio exquisito que hacen que el deportista sólo tenga que preocuparse de practicar su disciplina.
Sigo con la disputa del deporte individual, rasgo significativo del deporte chino, sacrificio, superación y poder mental aunque en ciclismo el sacrificio para con el compañero es la ley del día.
Ciclismo y golf se unen en la manera de afrontar una vuelta en solitario sabiendo que nadie va a ayudarte en los momentos malos. Donde otros tiran la cuchara, golfistas y ciclistas sabemos que no hay recompensa sin sufrimiento.