Una de las citas más esperadas de la temporada profesional madrileña se disputa en el Centro Nacional de Golf. Durante dos jornadas, el Circuito de Madrid abandona la individualidad propia de este deporte para afrontar su torneo de dobles, en la que los profesionales aprovechan para jugar con esos amigos que el resto del año son competidores.
Nombres emblemáticos del golf profesional madrileño acostumbran a hermanarse en este torneo. Balmaseda y Suazo, o Blázquez y Luna, son algunos ejemplos. También es un buen momento para que padres e hijos compartan unas jornadas de competición. Ese es el caso de los Dávila, José y su hijo Alberto; o los Zafra, Francisco y José Carlos, por citar algunos.
Además, en esta ocasión se han inscrito dos parejas mixtas, las formadas por Adriana Zwanck y Juan Buenestado, y Carmen Alonso y Juan María Dusmet.
Tras el primer recorrido, jugado bajo la modalidad de foursome, la igualdad en la clasificación es inusitada. Sólo cinco duplas han logrado vencer al campo federativo, y cuatro de ellas han terminado por coliderar el torneo con sendas vueltas de 70 golpes. Dos más al par, dejan el torneo totalmente abierto a lo que suceda mañana en la jornada de fourballs.
Las parejas de Carlos Balmaseda-Diego Suazo, Vicente Blázquez-Santiago Luna, Francisco Lagarto-Jorge San Sebastián e Ismael del Castillo-Pablo Herrería van a la cabeza de la clasificación empatados a 70 golpes (-2).
La pareja formada por Alejandro Diez-Andrés Rojano les siguen muy de cerca con 71 golpes (-1)
El Centro Nacional de Golf presenta un recorrido largo, de más de 6.400 metros, que recuerda a los típicos links británicos, sin árboles, con suaves brisas que condicionan el juego, sobre todo por las tardes y con un rough que puede elevar el nivel de exigencia hasta lo más alto. Actualmente, el campo se ha adaptado al nivel de un jugador amateur que quiere disfrutar de una jornada de golf con una magnífica vista panorámica de todo Madrid y sus alrededores.
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