“La verdad es que sentía y sabía el apoyo de los jugadores, aseguraba McGinley. Me creo fuerte para ser capitán pero también sabía que cuanto más hablara sobre esto estas últimas semanas menos posibilidades tendría de ser elegido”.
“Mis posibilidades han ido estas últimas semanas como un yo-yo, de arriba abajo y de abajo a arriba. He leído y seguido todo lo que se decía pero estoy seguro de que podré hacer bien mi trabajo. Tengo bastante experiencia en la Ryder, en el Seve Trophy y en los Vivendi Trophy, así que ahora me pondré a trabajar con todos los jugadores, sobre todo con los que también me han mostrado su apoyo estos últimos días”.
Sobre el apoyo de McIlroy, McGinley fue muy claro. “Su apoyo ha significado mucho para mí pero también las palabras de Graeme McDowell. Con ambos coincidí en el Seve Trophy. Disfruté mucho con ellos y espero seguir haciéndolo en el futuro”.
Sobre sus dos últimas horas antes de la elección, McGinley fue escueto. “Tuvimos la reunión de jugadores para hablar de las cosas habituales en este tipo de reuniones y después me fui a mi habitación con mi hermano, una botella de agua y unas galletas de avena. Estaba esperando la noticia y, es verdad que estaba nervioso”.
Tras su nombramiento McGinley quiso referirse a Seve. “Puedo asegurarles una cosa y es que como capitán quiero continuar con el legado de Seve. No sé cómo lo voy a hacer pero sé que quiero hacerlo. Conocí a Seve muy bien. Jugué con él y he sido muy afortunado por haberle conocido. También he jugado con otros capitanes como Monty o Chema Olazábal y eso creo que me da una gran experiencia”.