Su victoria en la FedEx Cup ha sido uno de los grandes momentos de la temporada en Estados Unidos y el golf mundial. La imagen de Snedeker en la PGA es excelente y la consecución de la victoria en el último putt de la temporada la confirmación de que Snedeker es uno de los grandes valores del nuevo golf estadounidense.
Su victoria en la final de la FedEx ante los mejores jugadores del mundo refleja también la gran cantidad de posibilidades de un golf estadounidense que quiere seguir demostrando su versatilidad respecto al europeo.
Sin embargo, en esa última y definitiva vuelta de la FedEx Cup no hubo mucha emoción, sobre todo por que Brandt Snedeker, una de las cuatro elecciones de Davis Love III para el equipo norteamericano de la Ryder Cup, demostró su enorme calidad en el campo y su maestría en los greenes cerrando una final en la que por segundo año consectuvo la sorpresa del ganador saltaba a última hora.
Pero la victoria de Snedeker, que se basó en su acierto con el putt y en su regularidad con cuatro vueltas de 68, 70, 64 y 68 golpes, tuvo una ligera ayuda de los dos grandes favoritos a la victoria final en el torneo y en la FedEx. Ni Rory McIlroy, que finalmente terminó el año como número uno del mundo, ni Tiger Woods estuvieron brillantes en el torneo. Quizá ambos en la primera jornada jugaron con la emoción de no saber quién podría ser el verdadero candidato al triunfo pero ambos no estuvieron brillantes.
Quizá el cansancio de la temporada -larga y dura para los dos- o quizá la cercanía de la Ryder Cup y el pensamiento en esta cita que llegaba casi sin solución de continuidad tras una final de la FedEx pesaron mucho en estos dos jugadores que, finalmente, terminaron lejos de la cabeza (octavo Tiger y décimo McIlroy) en el torneo, y seguda plaza para el norirlandés y tercera para el norteamericano en la general de la FedEx.
Quien si estuvo cerca de la victoria fue el inglés Justin Rose que al final se desinfló y terminó segundo en el torneo y sexto e la FedEx por delante de su compatriota, el ex número uno del mundo Luke Donald, que al final terminó con menos seis y tercero en el The Champions Tour.
En cuanto a la actuación de Sergio García, el de Borriol ascendió siete puestos respecto a la penúltima jornada y terminó décimo quinto con una buena vuelta de 68 golpes -dos bajo par- para acabar con +1 y un buen feeling de cara a una semana fundamental para el golf europeo que al final ganó la Copa Ryder en Medinah.