"Este es un deporte en el que asumimos nuestros fallos. Si la bola acaba entre los árboles, nos culpamos a nosotros mismos. El golf es una deporte diferente", apuntó Woods, de 32 años.
El vigente segundo mejor golfista del mundo y patrocinado por la multinacional Nike, marca que recientemente retiró su apoyo al ciclista Lance Armstrong por su implicación con el dopaje, se posicionó a favor de implementar en e golf los test sanguíneos antidopaje.
"Sin duda sería un paso positivo en la dirección correcta para intentar dar mayor validez a nuestro deporte", declaró Woods.
Desde 2009, el golf cuenta con pruebas de orina para detectar un posible uso de fármacos o sustancias que mejoren el rendimiento, como la hormona del crecimiento, la queratina o los esteroides.
Ese mismo año, el estadounidense Doug Barrow se convirtió en el primer golfista sancionado con un año de suspensión por dopaje.