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Cosas del Open

Cosas del Open

Por Valentín Requena
martes 24 de julio de 2012, 00:00h
Un torneo de la categoría y raigambre del Open Británico da para escribir folios y folios. Anécdotas, curiosidades, declaraciones, etc. Voy a exponer unos breves apuntes que me han hecho reflexionar pasados un par de días desde que le entregaron la jarra de clarete al Sr. Els.
A tenor de cómo se van sucediendo los vencedores de las últimas ediciones, está claro que hay que estar un poco entrado en años para hacerse con el preciado trofeo y de paso llevarse una pasta. En 2011 Darren Clarke, que aunque se tiña, ya peina canas, en 2010 Stewart Cink, que ya no peina nada y que lucho a brazo en un play off con otro “jovencito”  llamado Tom Watson con más de sesenta años. Así podríamos retroceder en la pasada década y observar que el más joven fue Tiger cuando ganó el Open en 2005 y 2006.

               

Adam Scott, que ha heredado todos los hombres de confianza de Wood, como son caddie y entrenador, vimos claramente que no aguanto la presión en la última y definitiva jornada. Siete boggeis nada más y nada menos, cuatro de ellos consecutivos en los últimos hoyos y es que no se puede ganar el Open presentado una tarjeta con cinco golpes por encima del par en los últimos dieciocho.


¿Hay que tener realmente una cierta veteranía para la victoria en Escocia? ¿Hay que tener un poder mental extraordinario, o bien hay que tener una cierta experiencia en los links? Les ha pasado a varios, entre ellos a Sergio cuando lo perdió con Harrington. Los jovencitos sucumbieron todos y no hay más que ver la clasificación de los diez primeros para darnos cuenta que los que están ahí están curtidos por cien batallas. En fin, será que el grande europeo no es apto para veinteañeros. Alguien me dirá: hasta que llegue uno y te deje mal. Pues claro, y además estoy deseando verlo.

               

Otro punto en el que he estado reflexionando ha sido el decepcionante resultado de la des-ARMADA. Pues eso, que salvo la actuación del de siempre, es decir Jiménez, el resto, unos estuvieron discretos y nada mal para ser la primera participación, y otros en los que teníamos unas ciertas esperanzas una vez más no pasaron el corte. Sergio, nuestro jugador mejor colocado para la Ryder, estuvo apático y sin aptitud. Lo pudimos ver desde el minuto uno.


No sé si el hecho de jugar con Tiger le condicionó, pero el caso es que no fue capaz de esbozar una sonrisa durante las dos jornadas que participó, le falto esa vivacidad tan suya y siempre estuvo en golpes de corte. Reconoció, y eso le honra, que obtuvo el resultado que merecía. Otro de nuestros baluartes, Quirós, estuvo en su tónica habitual de los últimos tiempos, que no es otra que la de no pasar el corte. Habrá que esperar a tiempos mejores, pero es que eso lo vamos diciendo cada vez que los nuestros van a participar en un grande y siempre nos quedamos cariacontecidos.

 

Otra cosa que me hace pensar siempre que se disputa un Open es la actuación modélica del público. Un ejemplo no solo de asistencia masiva, sino también de deportividad y sabiduría golfística. ¿Tendremos alguna vez en España unos datos parecidos? Lo dudo mucho y en estos tiempos de crisis, menos.

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