Mi amigo Enric

Cuando estaba acabando mi sesión de putts, observé que en las salidas del campo de Pitch & Putt habían doblado las salidas, ya que es un campo de 9 hoyos y para hacer mas variado el trazado habían incorporado salidas nuevas para los segundos 9 hoyos.

Allí en el tee del 10, bajo una pequeñísima sombra, observé una silueta que me era familiar, aunque hacía mas de quince años que no le veía, estaba Enric, recostado en una especie de  incómodo banco, con dos palos en la mano, uno el pitch y otro el putt , tres bolas en los bolsillos y un arregla- piques.

Después de saludarnos, quedamos después para contarnos alguna batallita, antes de despedirnos me dijo una frase, que no he acabado de quitarme de la cabeza y es motivo de esta columna de opinión, la frase fue mas o menos la siguiente: “Tengo problemas en las rodillas, tengo problemas de circulación, el médico me ha recomendado algo de ejercicio, y yo lo hago jugando a Pitch & Putt, pero tengo que descansar entre hoyo y hoyo, ya que no puedo aguantar un partido seguido, por eso estoy descansando, además nunca estorbo ni obligo a mis compañeros a jugar a un ritmo inadecuado, si no fuera por el pitch & Putt, hace años que me habrían enterrado“. Solamente juego en campos donde pueda descansar en el  tee.

Recuerdo a Enric como un gran jugador de Pitch & Putt, le admiraba por ser de los jugadores mas solventes y resolutivos, y compañero de verdad, pero ahora le admiro mucho mas por esa inquebrantable voluntad de seguir practicando su deporte. 
Por eso señores gerentes, diseñadores y cuidadores de nuestros campos, un buen banco y una sombrita para que los Enric de turno puedan dedicarse a su deporte favorito.

Sé que los más puristas no están de acuerdo con mi comentario, pero ahora que se acerca el verano, no es incompatible un pequeño descanso entre tee y tee, eso si, sin que nunca se perjudique el ritmo de juego, en partidos entre semana, mientras se anotan los resultados o se espera a que el partido anterior este fuera del alcance de nuestros golpes. La mayoría de seniors que habitualmente son los que llenan nuestros campos, lo agradecerían, y los no tan seniors, aunque hay seniors que si les echáramos un galgo, tendría dificultad en seguirles.