domingo 05 de diciembre de 2010, 00:00h
Ya era hora de que Tiger Woods consiguiera una victoria. Por valer nos vale hasta esta, conseguida en su pripio torneo con 18 de sus mejores amigos y con su público jaleándole al máximo para que por fin cerrara una etapa de 27 meses sin ganar un torneo individual. Ahora sólo falta saber si esta es la excepción que confirma la regla o si volverá a hanar en 2012.
Ni los más pesimistas pensaban que Tiger estaría algo más de dos años sin ganar un torneo. Lo que ha pasado en su vida en los dos últimos años hubiera sido, como mínimo para olvidarse del golf y de otras muchas cosas. Sin embargo Tiger siempre dijo que volvería a intentarlo y parece que por fin empieza a ver la luz al final del tunel.
En estos dos años y tres meses en los que no ha ganado nada a nivel individual -sus dos únicas victorias han sido en la Presidents Cup donde, por cierto, no ha tenido una gran actuación- le ha pasado de todo. Ha visto como su matrimonio saltaba por los aires comom sus patrocinadores le dejaban casi tirado, como su juego iba bajando cada vez más el nivel y como hasta su cuerpo, ese cueprpo de atleta que le llevó a lo más alto empezaba a resentirse de tanto altibajo.
Su rodilla derecha lo ha pasado muy mal. Tan mal que ha tenido que cambiar el swing para protegerla y seguir jugando. Una protección y un cambio de swing que le ha llevado a bajar puestos en el Ranking Mundial hasta terminar por debajo de los 50 primeros. Unas posiciones en las que ni siquiera estuvo cuando empezó a destacar, allá por 1997.
Con esta victoria Tiger sube el verdadero primer escalón de su recuperación. Es cierto que muchos dirán que este triunfo no tiene el mismo valor que una victoria en un torneo de la PGA, pero ganar es ganar y él el primero, sabe de la importancia de este triunfo después de haber sumado también una nueva victoria en la Presidents Cup.
Volver a tener la sensación de que puede estar ahí arriba, que puede aguantar la presión de sus rivales y que tras las cuatro jornadas puede mirar hacia abajo desde la posición más alta, le darán a Tiger una perspectiva más real de su situación.
La pregunta está ahora en saber si Woods volverá a ganar un torneod de verdad, es decir en la PGA americana o en el European Tour y si está en situación de plantarle cara con garantias a jugadores como Luke Donal -actual número 1 del mundo- Martin Kaymer, Rory McIlroy o incluso a Sergio García.
Todos ellos van a ser rivales muy duros de batir el año que viene. Con todos ellos se tendrá que ver las caras muy pronto pero de todos ellos su peor enemigo será él mismo, eso seguro. Quitarse los miedos y las tensiones de estos últimos 27 meses no será facil pero si algo tiene el ex número uno del mundo es madera de campeón y a estas alturas casi nadie duda de que en 2012 volverá a ganar en Estados Unidos.
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