Prefiero birdies a bogeys
jueves 17 de junio de 2010, 00:00h
Se había hablado mucho de la dificultad del Congressional en esta 72º edición del US Open. Los casi más de 7.000 metros y par 71 de este campo norteamericano, unido a unas velocidades de green de 14,5, bunkers llenos de arena hasta arriba y rough imposible dban entender que los jugadores tendrían que lidiar con un campo infernal
Pero al finl no fue el "león tan fiero como lo pintaban", afortunadamente. Creo que no hay nada más aburrido en el golf profesional televisado que ver un torneo de máximo nivel con los mejores jugadores del mundo arrastrándose por un campo lleno de dificultades, complicado hasta el máximo y artificialmente exagerado para demostrar que los jugadores no pueden vencer a todos los diseños.
Al final, creo que es más divertido ver birdies, eagles y muchos resultados bajo par que bogeys, doble bogeys o cosas mucho peores. En la primera jornada de este US Open de 2011 hemos visto muchos muchos putts fallados a menos de medio metro del hoyo. La velocidad endiablada de los greenes -exagerada a todas luces- no beneficia demasiado al espectáculo. Ver la cara de muchos jugadores cuando su bola que estaba apenas unos centimetros se pasaba exageradamente tras un putt erróneo era sintomática del disguto de los profesionales, que saben a donde van, pero no les gusta demasiado.
Por si todo eso fuera poco, da la sensación que los rectores de la USGA han dificultado el campo para beneficiar en cierta manera a los estadounidense. De ninguna manera quieren que otro europeo gane su torneo y han puesto todas sus armas a trabajar para evitarlo.
De momento, afortunadamente para el golf europeo -dominador en el mundo las dos últimas temporadas-, las cosas les están saliendo bien. El primer norteamericano tras la primera jornada es cuarto -Ryan Palmer con -2- y da la sensación que los del Viejo Continente, en esta ocasión y tras la primera jornada con McIlroy como punta de lanza, les puede dar un disgusto.
El dificultar un campo hasta el máximo no asegura resultados ajustados. No hay más que ver como jugó el norirlandés en su primeros 18 hoyos y da la sensación de que el espectáculo no ha terminado todavía.