McIlroy, que trata de rehacerse tras no ganar el Masters de Augusta cuando lo tenía en la mano, encabeza la tabla con doce golpes bajo el par del campo al ir -1 tras el hoyo nueve del tercer recorrido. El norirlandés, un chaval de apenas 21 años, parece que es más fuerte de lo que aparenta y la mejor medicina para curar lo que le pasó en Augusta pod´ria ser el ganar en Malasia, olvidándose del mal trago americano.
De moemento, McIlroy tiene dos golpes de ventaja sobre el francés Gregory Bourdy, el jugador que ha progresado más esta tercera jornada en la que el juego comenzó con más de tres horas de retraso por la lluvia y el italiano Matteo Manassero y el sueco Alexander Noren que siguen también muy cerca. Los tres son segundos con 10 bajo par.
El sudafricano Charl Schwartzel, reciente campeón del Masters de Augusta, pasó con muchos problemas el corte, aunque, con -2 en el cómputo global, está muy lejos de la posibilidad de repetir título una semana después aunque sea a más de 12.000 kilómetros, en el puesto 41, mientras que el alemán Martin Kaymer, número uno del mundo, es ya quinto, a tres impactos de McIlroy e igualado con el chileno Felipe Aguilar.
Cabrera-Bello es ahora el mejor español, ya que subió al noveno puesto con -7, al ir con dos bajo par tras el hoyo diez, mientras que Alejandro Cañizares es decimocuarto con -6. Quien se hundió fue Pablo Martín, que de aspirar a luchar por los puestos de privilegio se desmoronó hasta el puesto 55.
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