Suecia deslumbra y España responde con tremenda fuerza y eficacia para monopolizar la atención y el juego más brillante una vez alcanzado el ecuador de la Copa de Europa Femenina que se disputa en La Sella.
Mismas protagonistas, mismos escenario, Sophie Gustafson y Anna Nordqvist establecieron una relación idílica con La Sella Golf durante la segunda jornada. El birdie conseguido en el hoyo 2 constituyó el inicio de una sucesión de aciertos tan sorprendente como espectacular que se repitió otras 8 veces más a lo largo del recorrido alicantino.
Quintas al término de la primera ronda, Suecia fue escalando posiciones a velocidad de vértigo en una carrera hacia el cielo en la que sólo se interponía España. Azahara Muñoz y María Hernández, un valioso ejemplo de compenetración y eficacia, respondían por su parte con otra buena pila de aciertos, lo que llevó a las españolas a asumir momentáneamente el liderato a mitad del día.
No obstante, la inspiración de las suecas parecía no tener fondo, un erre que erre victorioso de connotaciones casi épicas que les llevó a ocupar la primera plaza en la recta final de una jornada en la que las nórdicas se mostraron indestructibles.
España, por su parte, no solo resistió el tremendo empuje de su infalible rival, sino que realizó interesantísimas propuestas que situaron al equipo anfitrión en las inmediaciones de la cúspide. Incluso pudieron compartir liderato al final del día de no mediar ese anecdótico bogey en el hoyo 17 compensado de inmediato con un birdie en el 18.
Las espadas –y la emoción y la espectacularidad– están por tanto en todo lo alto en un torneo que, como se esperaba, constituye un maremágnum de emociones. Que se lo digan si no a las alemanas, 8 bajo par en la segunda jornada, o a las galesas, otro ejemplo de solidez personificada, punta de lanza de otro grupo de países que siguen manteniendo intactas sus serias opciones al triunfo final.