miércoles 16 de febrero de 2011, 00:00h
Hoy en la Federación Española de Golf, se ha presentado la tercera edición de este Circuito que hace las delicias de las profesionales femeninas. Las jugadoras que no tienen la tarjeta del circuito europeo, les resulta muy difícil estar entrenadas. Les faltan pruebas donde demostrar lo que valen, y si no tienen donde entrenar, difícilmente luego pueden demostrar.
A estas alturas, el circuito está más que consolidado. El primer año no eran demasiados los que apostaban por él, por eso todos tenemos que estar satisfechos de que haya llegado hasta aquí y además los patrocinadores apuesten por seguir estando. Banesto todo lo que toca lo convierte en número 1, Rafa Nadal, la selección española de fútbol….este año incluso es posible, que una de nuestras chicas consiga ganar algo importante. Tenemos muchas y muy buenas.
Durante la edición del pasado año, vivimos momentos muy especiales hasta el último minuto, donde vibramos con un play off a cara de perro de María Hernández y Kaisa Ruutila durante la final. Nos descubrió que una gran jugadora nunca se llega a perder aunque se retire durante unos años y tuvimos la suerte de volver a disfrutar de Raquel Carriedo. La aragonesa que fuera número 1 de Europa, se “enganchó” de nuevo al golf con el Banesto Tour y ya nos confirmó que lo normal era que en esta edición del 2011, jugara desde el principio pues el “gusanillo” se había despertado otra vez.
Durante esta edición volveremos a ver a grandes profesionales españolas y extranjeras. Itziar Elguezabal, comentaba durante la rueda de prensa que muchas de las jugadoras no españolas ya han oído hablar del Banesto y la preguntaban durante los días que estuvieron en la escuela, en La Manga. El boca a boca funciona en esto del golf y cuando un Circuito comienza a ser conocido, un porcentaje alto de jugadoras quieren apuntarse y competir en él.
Ellas quieren entrenar y prepararse, sabemos que lo tienen más difícil que ellos, y que mejor manera de empezar que viajando a Cádiz, a Sancti Petri e invitando a jugar con ellas al viento que siempre hace en la zona y que ya les ha hecho sufrir en alguna ocasión.