Mickelson llegó a Abu Dhabi para, básicamente, hacer la pretemporada. Sus objetivos no están este año en Europa sino como cada año en un circuito norteamericano donde a pesar del Masters que ganó el año pasado no ha brillado demasiado.
Muchos dirán que cualquier jugador que hubiera ganado en Major como el Masters de Augusta ya tendría más que hecha la temporada pero ese no es el caso de un Phil Mickelson que necesita más ganancias, títulos y prestigio que el que ofrece un Masters de Augusta en todo un año de competición.
El de San Diego no ha estado fino en esta primera gran cita de la temporada en el circuito del Viejo Continente. En Abu Dhabi estaban algunos de los mejores jugadores del mundo, incluido él mismo, pero su nivel de juego no está todavía ni al 50%. El año pasado fue duro para él, con opciones de conseguir llegar hasta el liderato mundial, pero sin lograrlo finalmente.
Habrá que ver si en 2011 es capaz de hacerlo, aunque parece más complicado que el año pasado, sobre todo si tenemos en cuenta que Tiger, su gran rival, parece que luchará en muchas más citas y con mucha mejor predisposición que en la pasada temporada.
En Abu Dhabi Mickelson acabó trigésimo séptimo, con 283 golpes, cinco bajo par y cuatro parciales de 71, 70, 72 y 70 golpes que reflejan perfectamente su actual estado de juego, lejos de lo que podría ser su mejor estado de forma.