Agridulce Ryder

La suspensión de la jornada del viernes fue un jarro de agua fría para todos. La lluvia cortó el rollo del comienzo, que era donde Montgomerie tenía las esperanzas puestas en encarrilar el duelo y aprovechar la baza de jugar en casa. No fue así y el parón perjudicó mucho más a los europeos que se fueron a dormir el viernes perdiendo la primera batalla.


Eso calmó los ánimos demasiado y Europa no ha podido ejercer la euforia como hubiera querido. El sábado hubo un rayo de esperanza con cinco puntos y medio de los seis en juego. Sin embargo, los "brotes verdes" ya eran tardíos y no fue suficiente para alcanzar el grado de emoción necesario.


En los individuales un lunes, la cosa ya se veía de otra manera. La primera vez que una Ryder terminaba en lunes y con la necesidad de poner a los mejores en los primeros partidos, dejaba la estrategia para otra ocasión, una de las cosas más grandes de estos duelos.


Así las cosas, Europa ha ganado justamente, sí, pero ha quedado un sabor agridulce porque esperábamos un triunfo más contundente, más apasionado y al final Estados Unidos se ha ido con la impresión de que un poquito más y conservaba la Copa.

Con los datos en la mano, Poulter y Donald, ganando tres puntos de cuatro posibles, han sido los mejores, seguidos de Westwood, Kaymer y McDowell, con 2,5 puntos de cuatro, mientras que en Estados Unidos, Tiger y Stricker, con 3 puntos de cuatro posibles, han destacado en sus equipos, y sólo Cink ha sumado 2,5 puntos sobre cuatro. Europa tiene más juego y más emoción, pero la lluvia ha calado y nos hemos quedado con ganas de más.