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La pasión de Severiano Ballesteros

La pasión de Severiano Ballesteros

Por fín ha llegado el momento, La Ryder Cup ya está aquí y los emparejamientos de fourballs están hechos, pero la ceremonia de inauguración ha estado llena de color, de alguna anécdota y de falta de lluvia, que en principio no se preveía así.
Los dos equipos con sus capitanes al frente estaban sentados. Trajes oscuros en los dos casos y la nota de color la ponían los zapatos que en el equipo americano eran marrones. Un débil sol intentaba abrirse camino cuando los jugadores enfilaban hacia el escenario. Algunos de ellos parecían no encontrarse bien dentro de la etiqueta que requiere un traje, una corbata y el encorsetamiento de una gala de este nivel, al fín y al cabo, son deportistas de élite, muy individualistas y sin la gorra se sienten un poco desnudos, aunque esto es una opinión absolutamente personal.


Tras los discursos de inauguración de las personalidades ha llegado el momento de los protagonistas, de los jugadores y de sus capitanes y vicecapitanes. Pavin era el primero en tomar la palabra y agradecer a todo su equipo la fuerza y las ganas y a su mujer Lisa, momento de gran emoción, que durante los dos últimos años haya estado a su lado permanentemente. El capitán americano fue nombrando uno a uno a su “ejército”. Mickelson muy aplaudido, Watson con cara tensa y de pena por la enfermedad de su padre.


El público le dio una calurosa bienvenida a Tiger Woods y en ese momento es cuando el jugador comienza a sonreir que hasta entonces había estado demasiado serio. La anécdota es que se olvidó de presentar a Stewar Cink, uno de los mejores jugadores de match play, pero al final el capitán se acerca a ellos y los saluda uno a uno. Todo el equipo americano en pie para escuchar el himno y ver el izado de su bandera.


Cuando le llegó el turno a Montgomerie, lo primero que hizo fue dar la bienvenida a Gales al equipo contrario. Se le notaba nervioso y le apareció con tic y no hacía más que sacar la lengua. Recibió una ovación impresionante. El momento agradecimientos estaba a punto de llegar y como no podía ser de otra manera, sus vicecapitanes fueron aclamados por el público y a su mujer se le saltaban las lágrimas con las palabras de su marido. Presentación uno a uno de sus chicos y él, orgulloso de sus jugadores que defenderán con pasión a Europa.


“Independientemente del resultado, el ganador de la Ryder será el juego del golf en sí mismo”, una de las cosas más bonitas que se han dicho en toda la ceremonia. Monty será un buen capitán, seguro y a la cabeza de su grupo ha sido testigo de cómo izaban las banderas de los distintos países europeos y se escuchaba el himno de la Unión Europea.


La Ryder está en marcha y además con la pasión de Severiano Ballesteros que desde Pedreña y recuperándose de su enfermedad ha querido llamar y transmitir al equipo su fuerza, sus ganas y la emoción que él siente en estos momentos.
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