martes 07 de septiembre de 2010, 00:00h
Ya están todas las cartas encima de la mesa. Los equipos europeo y estadounidense de la Ryder han formado y desfilan hacia Celtic Manor dispuestos a llevarse la gloria. El siguiente movimiento será crucial para la batalla final.
Desde mediados de los 90 el término inteligencia emocional sobrevuela en los ámbitos científicos. La capacidad de manejar y controlar los sentimientos es algo que siempre ha estado en el ánimo del ser humano. A pocas semanas de la celebración de la Ryder, los sentimientos son difíciles de manjear.
Corey Pavin ha presentado ya el equipo estadounidense en la Bolsa de Nueva York, como si de una inversión se tratara. Con sus cuatro invitaciones, llama la atención la de Rickie Fowler, debutante. "Es una corazonada", ha dicho, una "razón" poco útil en el parqué bursátil pero que puede darle buenos resultados a su empresa.
Días antes, Colin Montgomerie presentó su ejército. Una mezcla de veteranía y juventud, y seis debutantes, uno más que los estadounidenses. Su llamada a Edoardo Molinari, que hará compañía a su hermano Francesco, y la vicecapitanía de Sergio García tiene mucho que ver con esos sentimientos que sólo la Ryder puede ofrecer.
La cosa está muy igualada y precisamente los sentimientos pueden ser los que inclinen la balanza. Eso lo saben bien ambos equipos. Pavin tiene en la memoria la victoria del 2008 gracias a la piña que pudo hacer Paul Azinger. Monty, por su parte, experto en Ryders, conoce perfectamente lo positivo del carácter en esta competición.
Mirando estadísiticas, los estadounidense acumulan más Ryders, con 25, mientras que los europeos llevan 19 entre todos, con seis debutantes por cinco de los americanos. En el ránking mundial, de los ocho primeros, cuatro son estadounidense (Tiger, Mickelson, Stricker y Furyk, mientras que otros cuatro son europeos (Westwood, Kaymer, McIlroy y Donald). En la FedEx Cup, el dominio estadounidense es mayor, con siete de los diez primeros por ningún europeo que no aparece hasta el puesto 21 con McIlroy.
Más datos. De los cuatro Grandes, dos han sido para Europa, con McDowell en el Us Open y Kaymer en el PGA, y sólo el Masters ha sido para un estadounidense, Mickelson. Además jugar en casa aporta más pasión. Pero son datos. Lo que cuenta en la Ryder, todo el mundo lo sabe, es la intelligencia emocional, o sea manejar los sentimientos.