Al fin y a la postre el retraso de Furyk -número 3 del mundo- se produce porque su teléfono se había quedado sin batería. Fue hasta el club y cuando llegó, eso sí, cinco minutos tarde, ya no le daba tiempo a llegar hasta el tee del 11, que era desde donde salía.
Hasta ahora las reglas de la PGA y de sus torneos profesionales decían que ante el retraso y la ausencia en el Pro-Am, el jugador que cometiera la falta no podría jugar el torneo. Furyk lo sabía y se quedó sin jugar.
Finchen y la PGA no quiere que esto vuelva a suceder o que pueda pasar, como sucedió con jugadores de la categoría de Furyk, Mickelson o el propio Woods, así que ha derogado esa norma, por lo menos en 2010 para confirmar en la reunión anual que tendrán en noviembre.
En Europa si un profesional no juega el Pro-Am después de invitado tiene una sanción económica pero no se le prohíbe disputar el torneo, algo que, en cierta manera, si se exije a los profesionales que disputan la PGA para así asegurar el máximo compromiso con los patrocinadores.
A partir de ahora, si un jugador llega tarde al Pro-Am se tratará como una cuestión de conducta impropia. El castigo: jugar todos los Pro-Ams del circuito en los torneos que esté, pudiendo ser requerido también para realizar otras actividades adicionales que pueda necesitar el patrocinador del torneo.
Finchen ha pedido al Consejo Asesor de Jugadores y Directores sus opiniones al respecto para asegurarse que los profesionales cumplan sus obligaciones con los Pro-Am sin que el no jugarlos implique riesgos de descalificación, aunque el asunto será discutido, finalmente, en la reunión de la PGA en noviembre.