Hacía cuarenta años que un estadounidense no dejaba de ganar el Us Open. Su torneo vuelve a irse a Europa cuatro lustros después. En esta ocasión, ni Dustin Johnson, ni Phil Mickelson ni Tiger Woods pudieron retener una copa en un campo brutalmenete exigente que derrotó a los mejores pros del mundo y que vivió el adiós en este torneo del mitico Tom Watson.
Comenzaba la cuarta jornada con una lista de jugadores en lucha por la victoria realmente apasionante. Todos los ojos estaban puestos, como no, en un Tiger Woods serio y circunspecto que quería volver a recuperar sensaciones, a ganar un Major y a recortar la distancia de cuatro Grand Slams que todavía le saca el viejo Nicklaus.
Esta semana tampoco podrá reducir esa diferencia. Es cierto que hemos visto un
Tiger mejor posicionado, pegando bien a la bola y concentrado en su juego, pero desde luego lejos aún del mejor Tiger Woods de la historia. Ese que ha ganado en los últimos diez años 14 Majors y que parece que esta temporada va a tener muy complicado conseguir la victoria en alguno. Las oportunidades se terminan para él y ya sólo le quedan el Open Británico que celebrará su 150 aniversario en St. Andrews este próximo mes de julio y el Us PGA.
Además, da la sensación que su lucha por conservar el número uno del mundo contra Phil Mickelson le desconcentró un poco.Parecía que ese era el objetivo en vez el de la victoria. Ni él, ni Mickelson puideron estar cerca de un triunfo que cruzó el charco, que viaj a Europa y que coloca a Graeme McDowall en lo más alto de su carrera golfistica.
Con 74 golpes, terminó al par del campo. Ni siquiera el ganador derrotó a un recorrido espectacular, quizá uno de los más impresionantes del mundo en unas jornadas en donde, además, el viento, muy habitual en esa zona, no suele retrasarse en sus citas. Este domingo la brisa atlántica acarició el campo pero no apareció de forma violenta. Si hubiera llegado como suele hacerlo, los resultados hubieran sido más complicados para uno jugadores que se van de Pebble Beach con la sensación de haber sido derrotados por un recorrido majestuoso.
Pero seguramente, el más derrotado de todos ellos haya sido el estadounidense
Dustin Johnson. A lo largo de su carrera ya había ganado en este campo en dos ocasiones en el At&T. Y ayer tenía una de sus grandes oportunidades para saltar al olimpo de los dioses del golf mundial. Sim embargo, la presión se adueñó de él desde el primer hoyo del torneo y su swing extraño pero dynamico se rompió en mil pedazos. Sus 82 golpes, 11 por encima del par, le llevaron a despedirse de un Us Open al que era candidato antes de que se jugará la última jornada, pero una cita de estas características exige de los jugadores lo máximo y parece que Johnson no estaba preparado todavía para encarar una última jornada de un Major luchando por la victoria.
Merecida referencia también a uno de los mejores jugadores de la historia de este deporte, el estadounidense Tom Watson, que dijo idós a este torneo después de jugar ayer, con 61 años, su último Us Open gracias a una invitación especial de la organización. Lo hizo muy bien acompañado, de su hijo como caddie. Watson ha sido el único jugador que ha disputado las cinco ediciones del Us Open que se han jugado en este campo desde 1972. La única en la que no estubo jugando durante el fin de semana fue la de 1992, pero ayer era un hombre feliz, abrazado a u hijo en el green del 18 y reciiendo una ovación espectacular en su despedidad de este torneo. Parece claro que el golf mundial no volverá a tener nunca más a jugadores como Watson, Nicklaus o Ballesteros. Con ellos se va cerrando el círculo de jugadores que prácticmnte crearon y se inventaron este deporte. Ahora los Woods, Mickelson o Els les sutituyen en el glosario de un deporte que deberá buscar nuevas refrencias si quiere seguir teniendio el tirón que ahora posee.
En cuanto a los nuestros, poca cosa, la verdad. Sergio maquilló el resultado y casi logra terminar entre los veinte primeros. Pobre bagaje para un jugador que llegó a ser número dos del mundo y que atraviesa por uno de sus momentos más complicados. Ojalá que vuelva pronto al lugar que se merece, por él mismo y por el golf español. Sobresaliente para Rafa Cabrera Bello, que ha demostrado que puede estar ahí y también aprobado con nota para Pablo Martín Benavides. Pasar el corte en este campo es algo ue no está al alcance de muchos. Jiménez y Quirós deberán esperar oportunidades mejores, aunque para el gaditano y el malgueño no pasar el corte en un Us Open puede considerarse como un fracaso.