A partir de ese momento el público ha despertado y ha sentido la emoción de la Copa de Europa. El curriculum de las australianas es impresionante, pero a Ana Nordqvist le ha salido el número 4 del mundo que lleva en el dorsal. A lo lejos una Sophie Gustafsson con pantalón y polo azul, bastante seria y concentrada, con gorra amarillo chillón y con una nota de color en su cinturón: el nombre de su país. Ana por el contrario vestía todo de amarillo menos la gorra, que a diferencia de su compañera, era de color azul.
Cuando han llegado por cuarta vez al green del 18 y se han hecho con el torneo, ha habido un estallido de aplausos, gritos y vítores hacia las ganadoras. Ha sido el primer momento en que las hemos visto sonreir y a partir de ahí, La Sella ha dejado de ser de color rosa para dejar paso al color amarillo.
Las jugadoras y sus caddies alternaban colores, y cuando ellos se han quitado el peto hemos sido testigos de que el colorido de la ropa era igual al de ellas. Mucho amarillo y mucho azul. Ellas han defendido en todo momento el color y la bandera de su país. Ellas felices, y el público que no era sueco, encantado de que la European Nations Cup se quede en Europa. Del rosa de la Sella se ha pasado a un amarillo chillón.