Y pensar que todo se inició públicamente tras chocar su vehículo con una boca de riego al lado de su mansión americana… De entonces aquí ríos de tinta a cuenta de su presunta vida pecaminosa al margen del swing y elucubraciones máximas sobre su futuro que ahora tienen un punto y final que suena más a punto y a parte.
Confieso que si yo fuera Tiger habría salido a la luz pública de inmediato y habría contado la verdad de lo sucedido aquella noche de acción de gracias, implorado la clemencia mi esposa, habría pedido perdón a cuantos patrocinadores hubieran confiado en mí y puesto a su disposición la continuidad o no de su patrocinio a su criterio y sin acritud y además no habría pagado ni un duro a alguna de las supuestas amantes que han aflorado como setas. Es más, no me habría perdido mi Torneo esa semana.
Si yo fuera Tiger habría tirado de manual de manejo de la situación y la comunicación en época de crisis y habría intentado aparentar normalidad desde la humildad buscando la comprensión de los millones de seguidores en todo el mundo. Habría dado un paso adelante, antes de que empezaran a pisotearme las narices y redoblado esfuerzos por demostrar que todo lo realizado en beneficio de los chavales y los necesitados salió del mismo corazón que ahora ha traicionado mi vida personal provocando un cisma familiar y mediático.
Ciertamente yo no soy Tiger y por tanto disparo con pólvora del Rey. Esperar a que amaine la tormenta puede ser una sabia decisión en un país EEUU donde el maniqueísmo y el cinismo acaban con Presidentes, pero a veces reaccionar en caliente minimiza los riesgos y las decisiones tienen mucho valor -aún siendo arriesgadas- al punto que han conseguido dar la vuelta a la tortilla.
Woods en su comunicado utiliza la palabra “infidelidad” y se muestra consciente de la decepción y el dolor generado. Arrepentido y pidiendo perdón y comprensión a todos y tomarse un descanso indefinido del Golf profesional para recuperar su vida familiar. Eso es lo mismo que podría haber hecho en caliente sin esperar que le dieran la espalda familia y sponsor, pero Tiger es Tiger. No olvidemos que otros grandes deportistas anunciaron su retirada y volvieron después por la puerta grande y con Woods pasará lo mismo porque “imposible no hay nada”