Este torneo, creado por Tiger para recaudar fondos para su Fundación, reparte más de 5 millones de dólares en premios y acuden 18 invitados. El año pasado, Tiger no pudo jugar por su lesión de rodilla, y éste se ha tenido que caer de la lista después de su accidente de coche y toda la polémica que ha venido después.
“Cuando Tiger sufrió el accidente no pensaba que las cosas fueran a evolucionar así. Un par de días después me llamaron para ver si quería ir a jugar –acababa de terminar la Copa del Mundo en China- y, claro, no me pude negar”. Así de claro hablaba McDowell tras terminar su tercera ronda del Chevron Invitational, cita en la que dieciséis jugadores toman parte en el torneo organizado por Tiger Woods y al que el número uno del mundo decidió no acudir tras los acontecimientos sucedidos en su casa el pasado jueves coincidiendo con el día de Acción de Gracias en Estados Unidos.
McDowell firmó una vuelta de 66 golpes para colocarse líder, mientras que Yan, que había estado primero después de los primeros 36 hoyos, firmó un 71 que le mantienen en esa primera plaza pero ya no en solitario. McDowell, que hizo seis birdies seguidos, está jugando a un altísimo nivel y el hecho de ser el último invitado del torneo no le ha supuesto ningún problema para situarse en cabeza.
El norirlandés, en la actualidad el número 55 del mundo, sabe que tiene frente a sí una gran oportunidad. Por primera vez en la historia del torneo, la cita de Tiger da puntos para la clasificación mundial así que si McDowell gana incluso podría meterse entre los 50 primeros del ranking mundial y soñar con jugar los cuatro grandes.
A dos golpes de McDowell y Yan están el inglés Lee Westwood, ganador este año de la Orden de Mérito Europea, y el tres veces ganador de un Major, Padraigh Harrignton, mientras que a tres golpes, y todavía con posibilidades de ganar, se sitúan el dúo formado por Ian Poulter y Jim Furyk.