Con dos vueltas de 74 golpes, ayer y hoy, el sudafricano Ernie Els no ha podido evitar terminar tras las dos primeras jornadas último en la clasificación. Els, que en las últimas ediciones del Volvo Masters, para las que estaba clasificado, no acudió porque simplemente no le apetecía demasiado volar hasta Andalucía, no ha dudado en trasladarse desde su residencia de Florida hasta Dubai para intentar coger un buen pellizco de dinero. El torneo triplica el premio de Valderrama y da la sensación de que a eso venía el cuarenton de Sudáfrica, ya en la cuesta abajo de su carrera.
Este mismo año, Els había dicho que quería volver a luchar para estar en el número uno del mundo y apenas unos días después Tiger Woods le contestaba que para ser número uno había que trabjar mucho más de lo que lo había hecho últimamente. Un crcuce de declaraciones que terminó ahí pero que refleja el sentir general de algunos jugadores que son conscientes del potencial de Els para poder ser número uno del mundo pero que se queda sólo en un buen jugador por no echarle las ganas suficientes al tema.
La llamada del dinero es importante y no lo olvidemos, todos los que están en Dubai son profesionales. Pero querer estar en en la última gran cita, no por el hecho de serlo o por querer quedar lo más arriba posible en la clasificación, sino por el dinero -cuando además tu cuenta está a reventar- tiene estas cosas.
El sábado y el domingo serán días complicados para Ernie Els. Con veinte años de profesional a sus espaldas estar último no es bocado agradable para nadie, ni siquiera para él, que le da lo mismo esta cita y que también le daba lo mismo el Volvo Masters, tanto que ni iba. O lo mismo que a Anthony Kim que alegó cansancio para no ir restándole una plaza a algún jugador europeo.