Pero después del torneo las cosas han vuelto a su ser. El dieciséis es de nuevo, como pone en la tarjeta del recorrido, un par cinco, luego está el 17 un par tres y por último el dieciocho, un par cuatro de 425 metros con agua a la derecha y un green complicado.
En una encuesta que hemos realizado desde el periodigolf.com el 76 por ciento de los internautas que han respondido les gustaría que el hoyo 18 que se jugó en el Centro Nacional del Golf siguiera así después del torneo mientras que el 24 por ciento quieren que el diseño original vuelva a su ser.
La realidad es que a lo largo de los cuatro días del torneo se han podido ver en ese hoyo dieciocho 19 eagles. Para estos jugadores profesionales no hay hoyo lo suficientemente largo como para no poder luchar por hacer birdie o intentar firmar un eagle.
Los que ganaron de verdad fueron los espectadores que siguieron el torneo en directo y que disfrutaron con una enorme variedad de golpes que muchos hemos soñado con dar.
El propio Gonzalo Fernández-Castaño, organizador del torneo, vio siempre con buenos ojos el cambio argumentando la espectacularidad de un final más emocionante en un hoyo bordeado en su lado izquierdo hasta que llega al green por un impresionante lago y un fuera de límites a la derecha que hace que cualquier escapada pueda ser definitiva.
El hecho de que para dar un buen driver haya que sobrevolar el agua y luego jugar un segundo golpe más o menos agresivo dependiendo del jugador le daban a ese hoyo 18 un carácter desconocido hasta ahora.
La cuestión es saber si el 16 podrá ser alguna vez para los amateurs el 18 y el 18 el 16. Sus deseos son claros y el diseño del Centro Nacional imaginamos que no será inamovible. Ahora todo está en manos de los aficionados, del Comité de Competición de la RFEG, del director del Centro Nacional de Golf o del propio presidente de la RFEG.
Si (
No(
