Jordan Spieth comienza el año como en 2016, con la prueba de los Campeones, y lo hace con otro espíritu. El año pasado arrasó con un -30 total y fue el inicio de un año que prometía ser tan poderoso como en 2015, cuando ganó el Masters y el Us Open. Sin embargo, el iceberg del hoyo 12 de Augusta supuso un hundimiento generalizado queno fue dramático porque el texano ha culminado una temporada con dos victorias en el PGA y una en Australia.
"He aprendido mucho este año y me puede venir bien para 2017", asegura. En todo caso quiere alejar todos los fantasmas desde el principio, y de hecho en diciembre ha jugado en Augusta para eliminar ese mal sueño lo antes posible.
Spieth tiene claro que "hay que hacer el trabajo y pensar en el largo plazo, no centrarse en lo inmediato. Por desgracia vivimos en un mundo del corto plazo y es más positivo ver las cosas con más perspectiva", asegura.
Esta semana tiene la oportunidad dedemostrarlo en una cita donde en los dos últimos años ha terminado segundo y primero. En esta ocasión llega con la lección aprendida de tomarse las cosas con más calma, eso sí, después de despejar demonios en Augusta.Jugó