El año que dejamos atrás se recordará, entre otras cosas, por la victoria de Estados Unidos en la Ryder Cup de Hazeltine. La cuadragésimo primera edición se fue para los Estados Unidos por 17-11, para conseguir la segunda victoria en este siglo.
Fue una “revancha” estadounidense después de tres ediciones cediendo ante los europeos. Davis Love III llegaba con el recuerdo de su capitanía en el Milagro de Medinah, donde los hombres de Olazábal arrebataron una victoria casi segura a los americanos en 2012. En esta ocasión todos se habían confabulado para que no pasara algo parecido. Dustin Johnson, Zach Johnson, Brooks Koepka, Phil Mickelson, Patrick Reed, Brandt Snedeker, Jordan Spieth y Jimmy Walker, junto con las llamadas del capitán, Rickie Fowler, J.B Holmes, Matt Kuchar y Ryan Moore salieron a por todas.
En el primer día, una contundente 4-0 a favor de los locales en los Foursomes dejaba bien claro los propósitos de los de las barras y estrellas. Victorias contundentes de Spieth y Reed, de Kuchar y Dustin Johnson, de Jimmy Walker y Zach Johnson, y de Mickelson y Fowler que dejaban las cosas muy bien encaminadas.
Por la tarde los europeos recuperaron terreno en un intento por frenar la avalancha. Triunfos en los Fourballs de Rose y Stenson, tirando de medallas de oro y plata, McIlroy y Pieters, y Sergio García y Rafa Cabrera, que se estrenaban. Tan sólo Danny Willet y Martin Kaymer cedieron su punto.
El sábado era el día clave y en los Foursomes Europa volvió a plantar cara sembrando dudas a los americanos. Victoria de McIlroy y Pieters y de Rose y Chris Wood, y el valioso empate de Sergio García y Rafa Cabrera frente a un triunfo estadounidense protagonizado por Snedeker y Koepa igualaba el duelo.
Sin embargo, los Fourballs del sábado fueron claves. Darren Clarke no supo rematar la faena y los emparejamientos no funcionaron. Sólo ganaron McIlroy y Pieters, mientras que cayeron Rose y Stenson, Sergio y Kaymer, y Willet y Westwood, dejando el marcador con cuatro puntos de ventaja para los americanos de cara a los individuales.
El día final empezó mal para Europa con la victoria de Patrick Reed sobre McIlroy, que había logrado tres puntos junto a Pieters. Tampoco Rose pudo superar a Fowler, y a pesar de que Pieters ganó a Holmes, Stenson a Spieth, Rafa Cabrera superó a Jimmy Walker y Sergio empató en un épico partido con Mickelson, a partir de ese momento todo se inclinó hacia Estados Unidos. Victorias de Koepka y Snedeker, hasta que Ryan Moore, apuesta personal de Davis Love III ganaba a Westwood y ponía el punto 15 definitivo. Luego se añadieron los triunfos de Dustin Johnson y Zach Johnson, y Kamer maquilló el resultado.
Una Ryder ganada justamente por Estados Unidos, bien planificada y en la que a Europa le faltó un poco más empuje a pesar del buen hacer de McIlroy, Stenson, con tres y dos puntos respectivamente, y Thomas Pieters y Rafa Cabrera, que debutaron con derrota pero dejando muy buenas sensaciones con cuatro y dos puntos y medio respectivamente.
París en 2018 espera un nuevo reto y Europa buscará recuperar una Copa que domina en este siglo con seis victorias por dos de Estados Unidos.