La tercera jornada de la Rolex Grand Final del HotelPlanner Tour en el Club de Golf Alcanada, en Mallorca, quedará en la memoria de jugadores y aficionados como un día perfecto para el golf. El sol brilló con intensidad desde primera hora, el viento apenas se dejó sentir y el recorrido balear mostró todo su esplendor, confirmándose como una sede ideal para un torneo de esta magnitud. Situado en Alcúdia, con vistas espectaculares a la bahía y un diseño exigente que combina la belleza mediterránea con la dificultad estratégica, Alcanada ofreció el escenario soñado para una jornada en la que el golf fue el gran protagonista. El campo, obra de Robert Trent Jones Jr., se caracteriza por calles onduladas, greenes rápidos y un trazado que obliga a pensar cada golpe. Con el mar de fondo y la luz mallorquina bañando cada rincón, los jugadores disfrutaron de unas condiciones inmejorables que se reflejaron en las tarjetas.
Y en este magnífico escenario el gran nombre del día fue James Morrison. El inglés, con su hijo Finley como caddie, firmó una vuelta de 65 golpes, siete bajo par, sin errores, que le catapultó al liderato con un total de -13. Morrison, que partía a dos golpes de la cabeza, aprovechó la calma meteorológica para desplegar su mejor golf. Birdies en los hoyos 1, 4, 5 y 7 le colocaron en la cima antes del turno, y en la segunda vuelta remató con aciertos en el 13, 15 y 18. Su experiencia, con más de 400 torneos en el DP World Tour, se notó en cada decisión, y ahora afronta la ronda final con tres golpes de ventaja y la posibilidad de regresar al circuito grande en 2026. Su serenidad al terminar reflejaba la confianza de quien sabe que ha estado en estas situaciones antes y que, aunque todo puede pasar en la última jornada, tiene la experiencia de su lado.
Tras él, con -10, se sitúan el escocés Euan Walker y el sudafricano Daniel van Tonder. Walker, sólido durante toda la semana, firmó 70 golpes en esta tercera vuelta, mientras que Van Tonder, con un 67, aprovechó la jornada soleada para escalar posiciones. Ambos mantienen vivas sus opciones de victoria, aunque deberán arriesgar en la última jornada para recortar la ventaja de Morrison. En cuarta posición, con -9, aparecen el italiano Stefano Mazzoli y el joven inglés Joshua Berry, que demostraron temple y calidad en un campo que premia la precisión. Un golpe más atrás, con -8, se agrupan el sueco Albin Bergstrom, el francés Félix Mory y el sudafricano JC Ritchie, este último con la proyección de acabar como número uno del ranking del HotelPlanner Tour, lo que supondría un hito histórico para su país. El top 10 lo completan el neerlandés Lars van Meijel, con -7, y, empatados en la décima plaza con -6, el escocés Daniel Young, el sueco Per Längfors y el también sudafricano Jovan Rebula.
La jornada fue igualmente intensa para los españoles, que luchan no solo por el título, sino por asegurar una de las veinte tarjetas del DP World Tour en juego para 2026. Víctor Pastor, Sebastián García y Quim Vidal se sitúan en la decimotercera posición con -5, a ocho golpes del líder pero todavía con opciones de escalar en la última ronda. Pastor mostró solidez con un 70, García recuperó terreno con un 69 y Vidal se mantuvo constante con un 71. Más atrás, Rocco Repetto Taylor marcha con -3 en el puesto 21º, mientras que Adri Arnaus, con +4, ha quedado rezagado en la clasificación, sin opciones de alcanzar el objetivo. La actuación de los tres primeros mantiene viva la esperanza de que España cuente con varios representantes en el grupo de privilegio que asegura el salto al máximo circuito europeo.
El ambiente en Alcanada fue inmejorable. El público disfrutó de un día de golf bajo un cielo despejado, con el Mediterráneo como telón de fondo y un campo que, pese a su exigencia, se mostró justo y noble. La ausencia de viento permitió a los jugadores atacar las banderas con confianza, y los greenes, rápidos pero receptivos, ofrecieron espectáculo con putts decisivos. La tercera jornada fue un ejemplo de cómo Mallorca, y en particular el Club de Golf Alcanada, se ha consolidado como una sede perfecta para grandes torneos internacionales: belleza natural, condiciones ideales y un trazado que pone a prueba a los mejores.
Con todo por decidir, la tensión se palpa en el ambiente. No solo está en juego el título de la Rolex Grand Final, sino también el futuro inmediato de muchos jugadores que buscan entrar en el selecto grupo de los veinte primeros del ranking. Cada golpe en la última jornada será determinante, con Morrison intentando culminar su semana soñada y una nómina de perseguidores dispuestos a aprovechar cualquier error. La calma del Mediterráneo contrasta con la intensidad competitiva que se vivirá en las próximas horas, cuando se decida no solo un campeón, sino también quiénes darán el salto definitivo al DP World Tour en 2026.