Xander Schauffele recuperó la sonrisa y su mejor versión en Japón, un lugar muy especial para él y su familia, al conquistar el Baycurrent Classic con una última vuelta de 64 golpes que le permitió imponerse por un golpe sobre Max Greyserman. Se trata de la décima victoria de su carrera en el PGA TOUR, convirtiéndose en el jugador número 119 en la historia del Tour en alcanzar diez triunfos y escalando del cuarto al tercer puesto en el Ranking Mundial Oficial de Golf.
La temporada 2025 había sido complicada para Schauffele. A principios de año sufrió una lesión que lo mantuvo fuera de juego durante dos meses y, por primera vez en su carrera, no logró clasificarse para el TOUR Championship. Sin embargo, la conexión especial con Japón, donde ha visitado a sus abuelos desde que era niño, le dio fuerzas para retomar su mejor golf.
“Creo que todo jugador, en algún momento, se siente en la cima del mundo y luego pierde un poco de confianza”, comentó Schauffele. “Tengo un gran equipo que me levanta cuando estoy abajo. Esto es muy especial para mí. Llegó antes de lo que esperaba, pero estoy seguro de que cuando mire atrás a 2025, sonreiré y pensaré que fue un gran año”.
En la jornada decisiva, las condiciones en el campo de Yokohama fueron perfectas en la última jornada. Schauffele comenzó fuerte, con tres birdies en los primeros seis hoyos, sufrió un bogey en el 7 pero lo recuperó inmediatamente en el 8. En la segunda mitad, sus cuatro birdies fueron la diferencia frente a los tres de Greyserman, quien falló un putt crucial en el hoyo 15 y otro en el 16 que podrían haberlo acercado al estadounidense. Sin embargo todavía tuvo los arrestos para dejar la bola en un birdie dado en el hoyo 18. Schauffel, que llegaba con dos golpes de ventaja, cerró el último green con dos putts para par y selló la victoria.
El estadounidense reconoció la tensión al final del torneo. “Ha pasado más de un año desde que gané un torneo. Estaba probablemente igual o más nervioso que Greyserman y Michael Thorbjornsen, porque sabía que podía hacerlo y tenía que recordar mentalmente cómo hacerlo”, afirmó.
La victoria también tiene un valor emocional especial para Schauffele, ahora padre, quien no podía esperar para volver a casa con su hijo Victor y su esposa Maya, y llevarlos a Japón para compartir la experiencia con su familia. “Me enamoré de este país hace mucho tiempo”, aseguró. Y con el trofeo en sus manos el domingo, encontró otra gran razón para amarlo aún más.
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