Billy Horschel regresa esta semana al BMW PGA Championship en Wentworth con la ilusión intacta de defender el título que conquistó en 2023, tras imponerse en un emocionante desempate ante Rory McIlroy y Thriston Lawrence. El estadounidense, que también ganó el torneo en 2021, vuelve a la competición tras cinco meses de ausencia debido a una operación preventiva en la cadera derecha realizada en mayo. Su última aparición fue en el RBC Heritage en abril, y aunque reconoce que aún arrastra algo de “óxido competitivo”, confía en que su juego tiene suficiente solidez como para aspirar a una nueva victoria.
A sus 38 años, Horschel ha convertido el Wentworth Club en una especie de segundo hogar, y su regreso a este escenario marca un punto de inflexión en su recuperación. Aunque se muestra prudente con sus expectativas, su objetivo es claro: recuperar ritmo competitivo y preparar el terreno para una temporada 2026 en plenitud. “No quiero presionarme demasiado esta semana ni en lo que queda del otoño. Estoy reconstruyendo mi camino hacia el golf competitivo, reencontrándome con la rutina de torneo y quitándome el óxido del juego”, declaró. Aun así, no descarta estar en posición de luchar por el título el domingo si logra mantener su nivel durante las 72 hoyos.
Una victoria esta semana lo convertiría en el primer jugador en ganar tres veces el BMW PGA Championship desde Colin Montgomerie en el año 2000. Horschel sabe que el desafío es grande, pero confía en que la adrenalina de la competición le permita recuperar sensaciones rápidamente: “Cuando estás bajo presión y las emociones afloran, es como montar en bicicleta: sabes exactamente qué hacer”.
La decisión de operarse, aunque dolorosa, fue tomada con visión de futuro. Horschel estaba en una posición razonable para luchar por un puesto en el equipo estadounidense de la Ryder Cup, pero prefirió priorizar su salud. “Una vez que supe que había algo que debía arreglarse, quise hacerlo de inmediato. Sentí que los beneficios ya no compensaban los riesgos, y fue inteligente hacerlo ahora”, explicó. El sueño de debutar en la Ryder Cup deberá esperar, pero Horschel está convencido de que su elección le permitirá volver más fuerte.
Mientras diez jugadores del equipo estadounidense compiten esta semana en el Procore Championship en Napa, once de los doce integrantes del equipo europeo están presentes en Wentworth, lo que convierte al BMW PGA en una antesala estratégica del gran duelo que se avecina en Bethpage. Horschel, con experiencia en ambos circuitos, anticipa una Ryder Cup intensa, especialmente por el fervor del público neoyorquino. “Va a ser muy difícil para todos, sobre todo para Europa. Los aficionados de Nueva York son muy apasionados y ruidosos”, comentó.
Para Horschel, el éxito estadounidense dependerá de que sus figuras brillen: Scheffler, Schauffele, Thomas y Cantlay deben rendir al máximo. “Si ellos consiguen puntos, será muy difícil para Europa. Pero lo mismo aplica al otro lado: si Rahm, McIlroy y Ludvig juegan bien, será complicado para nosotros. La historia demuestra que los grandes deben aparecer. Espero que todo se decida el domingo, sería épico”.
Si (
No(
