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Un gran año de majors sin triunfo español

Cuatro torneos, tres ganadores y una gran temporada de grandes

Cuatro torneos, tres ganadores y una gran temporada de grandes

Por Guillermo Salmerón
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lunes 21 de julio de 2025, 14:19h

La temporada de majors de golf en 2025 ha sido una de las más memorables de los últimos años, marcada por gestas históricas, sorpresas emocionantes y el dominio de figuras que han elevado el nivel competitivo del deporte. Desde el verde místico de Augusta hasta los links ventosos de Royal Portrush, el año ha ofrecido una narrativa vibrante que culminará en la Ryder Cup en Bethpage Black, un escenario que promete una batalla épica entre Europa y Estados Unidos.

El primer gran capítulo se escribió en el Masters de Augusta, donde Rory McIlroy logró por fin completar el Grand Slam que había perseguido durante más de una década. El norirlandés se impuso en una definición dramática ante Justin Rose, que requirió un playoff para decidir al campeón. McIlroy, que había liderado gran parte del torneo, cometió un bogey en el hoyo 18 de la cuarta ronda, lo que forzó la muerte súbita. En el desempate, un birdie magistral en el hoyo 18 le dio la victoria y la codiciada chaqueta verde. El torneo se disputó en el Augusta National Golf Club, como es tradición, y ofreció una mezcla de emoción, historia y redención. McIlroy se convirtió en el sexto jugador en la historia en ganar los cuatro majors, uniéndose a leyendas como Sarazen, Hogan, Player, Nicklaus y Woods. La victoria fue especialmente emotiva, con McIlroy arrodillado en el green, visiblemente conmovido por haber alcanzado una meta que parecía esquiva. El campo, con sus icónicos hoyos como el Amen Corner, volvió a demostrar por qué es considerado uno de los templos del golf mundial.

El segundo major del año, el PGA Championship, se disputó en el Quail Hollow Club de Charlotte, Carolina del Norte, y tuvo como protagonista absoluto a Scottie Scheffler, quien conquistó su tercer grande tras sus dos Masters previos. Scheffler llegó a la ronda final como líder, pero tuvo que resistir la presión de un inspirado Jon Rahm, que logró empatarle momentáneamente en la clasificación. Sin embargo, los tres últimos hoyos del español fueron fatales: un bogey y dos dobles bogeys lo relegaron al octavo puesto. Scheffler, por su parte, mantuvo la calma y cerró con birdies en los hoyos 10, 14 y 15, asegurando una victoria por cinco golpes de ventaja sobre Bryson DeChambeau, Harris English y Davis Riley. El campo de Quail Hollow, con su temido tramo final conocido como “Green Mile”, volvió a demostrar su capacidad para separar a los grandes campeones del resto. Scheffler se convirtió en el primer jugador desde Seve Ballesteros en ganar sus tres primeros majors por tres o más golpes de diferencia, y se consolidó como el número uno del mundo.

El tercer major, el US Open, se celebró en el legendario Oakmont Country Club, considerado uno de los campos más difíciles del planeta. En una edición marcada por la lluvia, el drama y la tensión, el estadounidense J.J. Spaun se convirtió en el campeón más inesperado del año. Spaun, que había tenido una carrera discreta hasta entonces, protagonizó una remontada épica en la última jornada. Tras cometer cinco bogeys en los primeros seis hoyos, parecía fuera de la pelea, pero logró birdies en el 12, 14 y 17, y cerró con un putt de 19 metros en el 18 para sellar un birdie delirante que enloqueció al público. Fue el único jugador en terminar bajo par (-1), en un campo que castigó sin piedad a los favoritos. Robert MacIntyre, Viktor Hovland y Tyrrell Hatton estuvieron cerca, pero no lograron mantener la regularidad. Jon Rahm y Scottie Scheffler compartieron el séptimo puesto con +4, mientras que Rory McIlroy terminó en el puesto 19. La victoria de Spaun fue celebrada como una historia de superación, ya que el jugador había considerado abandonar el golf años atrás. Oakmont, con sus greens endiablados y roughs implacables, volvió a ser el juez más severo del calendario.

El cuarto y último major del año fue el The Open Championship, disputado en el Royal Portrush Golf Club en Irlanda del Norte. Allí, Scottie Scheffler volvió a brillar con luz propia, conquistando su primer Open Británico y el cuarto major de su carrera. Scheffler dominó el torneo desde la segunda ronda y no dio margen a la remontada de sus rivales. Con una tarjeta final de 267 golpes (-17), superó por cuatro golpes a Harris English y por cinco a Chris Gotterup. El campo, con sus links clásicos y condiciones cambiantes, fue testigo de una exhibición de poderío y precisión. Scheffler logró birdies en los primeros cinco hoyos de la última jornada, disipando cualquier duda sobre su liderazgo. Aunque cometió un doble bogey en el hoyo 8, se recuperó con birdies en el 9 y el 12, y gestionó su ventaja con maestría. Rory McIlroy, que soñaba con una remontada épica ante su gente, terminó séptimo con -10, mientras que Jon Rahm y Sergio García cerraron con -3. La victoria de Scheffler lo colocó a solo un US Open de completar el Grand Slam, una hazaña que podría alcanzar en 2026.

Con estos resultados, el balance general de los majors en 2025 muestra un claro protagonista: Scottie Scheffler, quien ganó dos de los cuatro grandes y terminó en el top 10 en los otros dos. Su dominio técnico, fortaleza mental y consistencia lo han convertido en el referente absoluto del golf actual. Rory McIlroy también tuvo un año estelar, logrando el Grand Slam y manteniéndose competitivo en los demás torneos. J.J. Spaun fue la gran revelación, demostrando que el golf aún tiene espacio para las sorpresas.

Todo esto nos lleva a la Ryder Cup 2025, que se celebrará del 26 al 28 de septiembre en el Bethpage Black Course, en Nueva York. Este campo, diseñado por A.W. Tillinghast, es conocido por su dificultad extrema, con calles estrechas, roughs altos y bunkers estratégicamente ubicados. La señal de advertencia en el primer tee —“Este campo es extremadamente difícil y se recomienda solo para golfistas altamente calificados”— resume el desafío que enfrentará cada jugador. Bethpage Black ha sido sede del US Open y del PGA Championship, pero será la primera vez que albergue una Ryder Cup.

El equipo europeo, liderado por Luke Donald, buscará repetir la victoria de 2023 en Marco Simone, mientras que el equipo estadounidense, capitaneado por Keegan Bradley, intentará redimirse tras aquella derrota. Con figuras como Scheffler, McIlroy, Rahm, Hatton, Hovland y Lowry en la mezcla, se espera una confrontación de altísimo nivel. La presión del público neoyorquino, la complejidad del campo y el orgullo continental convertirán esta Ryder Cup en el broche de oro de una temporada inolvidable.

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