El KPMG Women’s PGA Championship 2025 arrancó en el Sahalee Country Club con una jornada inaugural cargada de emoción, contrastes y actuaciones que dejaron huella. En este escenario majestuoso de Washington, rodeado de altos cedros y con calles estrechas que exigen máxima precisión, la tailandesa Atthaya “Jeeno” Thitikul emergió como la primera gran protagonista de esta edición al firmar una vuelta magistral de 66 golpes (-4) que la situó en lo más alto de la clasificación tras los primeros 18 hoyos.
Su actuación no solo fue brillante por el resultado, sino también por la manera en que controló cada aspecto de su juego, transmitiendo serenidad, confianza y una madurez impropia para sus 22 años. Con birdies tempraneros en los hoyos 2, 4 y 6, Thitikul impuso su sello desde el inicio, destacándose especialmente en los pares 4 donde su capacidad de colocación fue quirúrgica. Incluso cuando cometió su único error del día, un bogey en el hoyo 10, supo reaccionar con determinación, encadenando dos birdies consecutivos en los hoyos 11 y 12. El broche de oro lo puso en el hoyo 17, donde dejó la bola dada desde más de 150 metros, desatando la ovación del público congregado. Su juego corto, preciso y sin fisuras, y su capacidad de embocar putts cruciales, fueron elementos clave para cerrar una tarjeta sin fisuras aparentes. Con una sonrisa tranquila, declaró tras la vuelta sentirse en armonía con el campo, confesando que simplemente intentó seguir su plan de juego y disfrutar el momento.
En el pelotón perseguidor, nombres de peso dejaron claro que no cederán fácilmente el protagonismo a la joven tailandesa. La australiana Minjee Lee entregó una sólida tarjeta de 69 golpes (-3) en condiciones vespertinas más exigentes, gracias a un juego sobrio y muy efectivo en los greenes. A un solo golpe de ella se ubicaron otras aspirantes como la japonesa Rio Takeda, la surcoreana Hae RanRyu y la estadounidense Yealimi Noh, todas con rondas de 70 golpes (-2), que mostraron un golf preciso y sin grandes errores, características indispensables para sobrevivir en un campo como Sahalee. En este contexto de competitividad extrema y máxima exigencia técnica, las españolas presentes en el torneo vivieron jornadas dispares.
Carlota Ciganda fue quien mejor se posicionó entre las representantes nacionales. La navarra firmó un registro de 73 golpes (+1) que, si bien la aleja por ahora de las posiciones de cabeza, le permite mantenerse dentro del corte proyectado y con margen de maniobra para escalar posiciones en los días siguientes. Su vuelta, sin embargo, estuvo marcada por dos partes muy diferenciadas. Los primeros nueve hoyos representaron un auténtico desafío: errores desde el tee, imprecisión con los hierros y un juego corto falto de confianza le hicieron sumar dos bogeys y un doble bogey, incluido un fallo costoso en el hoyo 8, donde tuvo que volver a jugar desde el tee tras una bola injugable. Pero lejos de venirse abajo, Carlota reaccionó con fuerza. A partir del hoyo 9 su golf se transformó: firmó birdies con autoridad, cazó todos los greenes hasta el 18 y solo cometió un bogey más, en el hoyo 16, tras un desafortunado tripateo. El par salvado en el 18 con un putt de dos metros fue síntoma de su determinación. Su rendimiento en los últimos nueve hoyos, si logra replicarlo el viernes, podría devolverla a la pelea por el top 10.
Más compleja fue la jornada para Azahara Muñoz, quien cerró su recorrido con 75 golpes (+3). La malagueña, curtida en mil batallas en el circuito, mostró un golf combativo, aunque sin la fluidez necesaria para evitar los errores no forzados en un campo tan exigente. Salió por el hoyo 10 y comenzó con tres bogeys consecutivos que complicaron su mañana desde el arranque. No obstante, no perdió la compostura y logró estabilizar su vuelta gracias a un espectacular putt desde larga distancia en el hoyo 13 que le devolvió algo de confianza. A partir de ahí, fue construyendo una tarjeta más equilibrada, con pares trabajados y un segundo birdie en el hoyo 5 que mostró destellos de su mejor versión. Sin embargo, los greenes no le concedieron respiro: tres tripateos a lo largo de su recorrido penalizaron sus opciones. Aun así, su juego largo fue regular, y con un ajuste en el putter podría encontrar la fórmula para pasar el corte y entrar con opciones al fin de semana.
La jornada fue más cuesta arriba para la debutante Julia López, que registró una tarjeta de 79 golpes (+7), lejos del rendimiento esperado. La andaluza vivía una de sus primeras experiencias en un major y pagó caro algunos errores de novata. Tras un birdie temprano que auguraba buen augurio, encadenó cinco bogeys y dos doble bogeys que dejaron su tarjeta muy comprometida. A pesar de las dificultades, Julia mostró determinación, especialmente en los hoyos finales, donde logró un segundo birdie y firmó varios pares con buen criterio. Sin embargo, su juego corto fue inconsistente y los errores alrededor del green la condenaron. Con +7 en el acumulado, superar el corte se antoja complicado, aunque no imposible si logra una vuelta excepcional en la segunda jornada.
En términos generales, el campo de Sahalee se mostró como un juez implacable. Con calles angostas, rough denso y greenes que se endurecieron conforme avanzaba el día, solo una docena de jugadoras logró bajar del par, reflejo del altísimo nivel de exigencia. A medida que la jornada avanzaba, el viento se intensificó, y eso se notó en las tarjetas de la tarde, que fueron notablemente más altas. Este factor será clave en la segunda ronda, ya que se espera que las condiciones climáticas se mantengan, con temperaturas elevadas y ráfagas cruzadas que complicarán la elección de palos y las estrategias de ataque. El corte se proyecta actualmente en torno al +3 o +4, lo que deja a Carlota y Azahara en una posición de alerta, pero no fuera de juego. Las dos necesitarán vueltas sólidas y, sobre todo, minimizar errores con el putt. Para Julia, el objetivo principal será sumar experiencia y buscar una actuación que le devuelva confianza.
Por su parte, Thitikul afrontará la segunda jornada con la presión de liderar un major por primera vez en su carrera. Su temple y el equilibrio mostrado en la jornada inicial hacen pensar que podrá sostener ese nivel, aunque el acecho de jugadoras experimentadas como Minjee Lee o Hae Ran Ryu garantiza emoción y alternativas. Además, con jugadoras como Brooke Henderson, Jin Young Ko o Nelly Korda aún lejos de su mejor nivel, pero con capacidad probada para remontadas espectaculares, no se puede descartar un cambio drástico en la clasificación antes del fin de semana.
El KPMG Women’s PGA Championship ha comenzado a escribir su historia de 2025 con intensidad, talento y una competitividad feroz. Las grandes aún tienen mucho que decir, las jóvenes vienen pisando fuerte y las españolas buscarán en la segunda jornada dar un golpe de autoridad para meterse de lleno en la pelea. Nada está escrito y lo mejor está aún por llegar. La batalla por uno de los títulos más prestigiosos del golf femenino apenas comienza, y el espectáculo promete no dar tregua.