Hay tantos factores a favor que llevan a pensar que Eugenio López Chacarra va a tener una gran semana en Quail Hollow, que asusta solo pensarlo. Y es que es solo el segundo major de Eugenio, que se clasificó para el US Open del año pasado. "En realidad para mí es como si fuera el primero, en el Us Open llegué muy mal físicamente", comentaba.
El madrileño se mueve confiado por el el segundo major del año en Charlotte, en un campo que conoce a la perfección desde su época universitaria en Wake Forest y que ha machacado concienzudamente en las semanas previas a este torneo.
Una vez aquí, hacer un buen major, parece un objetivo mucho más sencillo que lo que ha que conseguido Chacarra en este 2025: venir de la nada, para ponerse en disposición de todo. Su victoria en la India, probablemente en uno de los campos más complicados del año en el DP World Tour es ya historia, Quail Hollow también será un test dificilísimo. "Este campo me va perfecto", reconoce, mientras pega un gran hierro en el hoyo 12. Chacarra ha salido solo a jugar, en este martes de práctica. Hace los nueve segundos hoyos, hasta que una tormenta interrumpe el juego en el hoyo 16, más tarde, volvería para acabar los últimos tres hoyos.
La ronda de prácticas es un recital de golf, en todas las facetas, Chacarra no deja de interactuar con el público respondiendo a comentarios tras buenos golpes o firmando autógrafos. Quail Hollow y más en estas condiciones de mucha agua exige pegarle fuerte y largo, la principal arma del juego del español. El corazón nos dice que hará un buen torneo pero si la reflexión la hacemos con la cabeza, el resultado es el mismo.
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