La segunda jornada del CJ Cup Byron Nelson en el TPC Craig Ranch fue, sin duda, una de las más memorables en la historia reciente del PGA Tour. La combinación de un juego excepcional de Scottie Scheffler, actual número 1 del mundo, la tensión provocada por las tormentas eléctricas que suspendieron el torneo durante casi cinco horas, y la lucha de los demás contendientes por mantenerse en la pelea por la victoria del domingo, convirtió este segundo día de competición en un espectáculo lleno de emociones, estrategia y resistencia. Con una tarjeta que refleja un impresionante -18 (61 y 63 golpes), Scheffler se acerca cada vez más a su primera victoria del año, en un torneo que ha puesto a prueba no solo su talento, sino también su temple ante las adversidades meteorológicas.
Desde temprano en la mañana, el ambiente en el TPC Craig Ranch fue diferente. La previsión meteorológica advertía sobre tormentas eléctricas en la zona, y los organizadores, en coordinación con los jugadores, decidieron suspender la actividad durante aproximadamente cinco horas. La pausa obligó a los golfistas a esperar en las carpas y en la casa club, con la incertidumbre de cuándo podrían volver a la cancha.
Para Scottie Scheffler, que había iniciado la jornada con una ventaja cómoda tras su espectacular 61 y -10 del primer día, la suspensión fue un reto adicional. Sin embargo, su actitud calmada y profesional le permitió mantener la concentración, sabiendo que en el golf, la paciencia y la estrategia son tan importantes como la técnica, sobre todo después de terminar sus primeros nueve hoyos que jugó del 10 al 18 con ocho pares seguidos y un eagle en el último hoyo del campo que le dejaba con -12 antes de la suspensión.
Al reanudarse la actividad, el estadounidense salió decidido a consolidar su liderato y, si era posible, ampliar su ventaja. El campo, que había sido afectado por las lluvias y las tormentas, presentaba condiciones diferentes: los greens estaban más lentos, y algunos fairways tenían zonas húmedas que requerían mayor precisión en los golpes. Así, desde el primer golpe tras la reanudación, Scheffler mostró por qué es el número uno del mundo. Con un juego meticuloso, controlando cada golpe y adaptándose a las nuevas condiciones, firmó un birdie en el hoyo 10, que fue un claro mensaje de intenciones. La confianza en su juego quedó patente en cada swing, y su estrategia de jugar con paciencia y precisión le permitió mantener la calma ante la presión.
A lo largo de la tarde, Scheffler continuó con una serie de golpes destacados. En los hoyos 11, 14, 15, 16 y 18, sumó birdies que le permitieron consolidar su liderazgo y terminar con ese espectacular -18 que le deja el trneo en bandeja. La clave de su rendimiento fue su juego en los greens, donde mostró una precisión admirable, y su capacidad para evitar errores en los momentos clave.
Su tarjeta final reflejaba un total de 63 golpes, que sumados a los 61 de la primera jornada, le dejan con un total de -18 en el torneo. Este resultado no solo es un récord personal tras los primeros 36 hoyos, sino que también lo acerca a la victoria -que sería su primera del año-, con una ventaja que parece insuperable para sus perseguidores.
Por detrás de él los estadounidenses Sam Stevens, con -12, el único que fue capaz de seguir su ritmo, Ricky Castillo, tercero con -11, el venezolano Jhonatthan Vegas con -10 y con -9 empatados en la quinta plaza hasta seis jugadores.
El corte en esta jornada inconclusa se ha situado en -4 aujque ahora mismo hay hasta 24 jugaores que no lograron pasar el corte.