La PGA de Estados Unidos ha confirmado que ha aprobado un plan que permitirá a los jugadores estadounidenses recibir un pago por jugar en la Ryder Cup por primerea vez en la historia, algo que sucederá por primera vez en septiembre de 2025.
A partir de esta edición los 12 golfistas que participen en el torneo bienal recibirán un paquete económico de 500.000 dólares, la misma cantidad que recibirá el capitan, Keegan Bradley que ya ha asegurado que donará a beneficencia el montante completo de dicha cantidad. Antes de esta decisión, los jugadores que tomaban parte en los equipos de la Ryder Cup recibian desde 1999 una cantidad de 200.000 dólares que debían de donar a una fundación benéfica de su elección. Ahora, con el nuevo acuerdo, los jugadores recibirán además 300.000 dólares cada uno que podrán utilizar como deseen.
El comunicado asegura que “Ningún jugador pidió ser compensado” y que “los jugadores y capitanes, pasados y presentes, son responsables de que la Ryder Cup se convierta en la competición más especial del golf y uno de los eventos más demandados en la escena deportiva internacional”.
Recientemente, hasta doce ex capitanes de la Ryder Cup y el propio Tiger Woods han abogado por que el dinero crezca para los jugadores, pero que estos entreguen esas cantidades a asocaiaciones benéficas. "Ojala cada jugador cobrara cinco millones de dólares y todo fuera para quien más lo necesita", dijo en el Hero World Challenge el mejor jugador de la historia de este deporte.
Por su parte, Scottie Scheffler, número 1 del mundo, dijo que “En lo que a mí respecta, creo que todos los que estamos en el lado estadounidense estamos más que dispuestos a jugar la Ryder Cup gratis. Llevamos mucho tiempo jugando la Ryder Cup”, dijo Scheffler. “Si quieren pagarnos por jugar en el torneo, genial. Quiero decir, en cuanto a cuánto o cuánto debería ser, el torneo parece generar una buena cantidad de dinero... No creo que haya ningún problema en que a los jugadores se les pague por jugar en la Ryder Cup. No creo que eso le quite nada a la competencia”.
Al parecer también ha habido voces discordantes de algunos jugadores que han dicho claramente que querrían cobrar por jugar en un torneo que recauda en cada edición que se disputa cientos de millones de dólares, tanto en Estados Unidos -la próxima edición se juegrá en New York y las entradas costarán cerca de 750 dólares cada una- como en Europa.
En suelo europeo y en el seno del equipo del Viejo Continente que comandrá por segunda vez consecutiva el inglés Luke Donald este debate parece que no se ha abierto todavía.
Si (
No(
