Tiger Woods ya no esconde su sonrisa, y afila las garras en un año en el que ha conseguido volver a la elite. No ha conseguido ganar pero ha estado cerca y ni él mismo hubiera afirmado que llegaría donde ha llegado después de cuatro operaciones de espalda.
Tiger estará en el Tour Championship, la final de la FedEx Cup, en un año en el que ha firmado dos segundos puestos y 6 top ten en los 17 torneos que ha disputado. Llega a Atlanta en el número 25 de la FedEx Cup después de terminar sexto en el BMW Championship de Pensilvania.
La llamada de Jim Furyk para ser jugador de la Ryder de París también le ha dado alas y su actitud ya es diferente. Se siente muy cerca de la victoria y en tan sólo un año ha alcanzado el número 21 del mundo desde el 656. Toger se ha adaptado a su nuevo físico y asegura que "mi swing está cambiando porque mi cuerpo está cambiando".
Su aspiración ahora es ganar en Atlanta y llevarse su tercera FedEx Cup tras las logradas en la inaugural de 2007 y en 2009. Será complicado porque tienen que suceder varias carambolas. En primer lugar ganar, un objetivo que está dispuesto a pelear. Segundo, ya más complicado porque no depende de sí mismo, es que Bryson DeChambeau termine por detrás del puesto 15. Además Justin Rose debe acabar fuera del top 5, que Tony Finau acabe tercero o peor, y que Dustin Johnson, Justin Thomas y Keegan Bradley no ganen.
De momento, estar en la final de la FedEx Cup ya es un logro, una "sensación positiva", para Tiger Woods que a pesar de no ganar se puede decir que ya está preparado para volver a hacerlo.
Si (
No(
