A finales de enero tuvimos ocasión de comentar la participación de Tiger en el Circuito Americano, concretamente en el Farmers Insurance Open, donde acabó menos tres y ganó al campo a pesar de que el “driver” jugó contra él.
Decíamos entonces que su juego corto estuvo afinado y que sólo necesitaba que el físico le respondiese y que mejorase las salidas para estar arriba en la clasificación. Este pasado fin de semana, en el Valspar Championship, Tiger ha quedado segundo empatado con Reed, y no puedo dejar de comentar que justo detrás terminó Sergio García, que sumó sesenta y cinco golpes en la cuarta jornada.
Pero las buenas actuaciones de Sergio no son noticia, al menos en comparación con Tiger, que llevaba unos años desaparecido. Tampoco hay que dejar de mencionar que la victoria fue para Paul Casey, algo de lo que me alegro porque me parece un enorme jugador y creo que tiene un espíritu deportivo sobresaliente, además de que hace años sufrió cierto maltrato por parte de la afición americana con la inestimable ayuda del tonto de Rory Sabatini. Pero eso es agua pasada y Casey tiene motivos para estar contento, pegó los mismos golpes que el español en la última jornada y a él le valieron para ganar.
Pero volvamos a Tiger, que por momentos nos recordó al de los mejores tiempos, y aunque en realidad nunca le vimos ganando, estuvo muy cerca de amenazar con vencer, y se puede asegurar que dio espectáculo aunque sólo sea por la cantidad de gente que arrastró en su partido. Hacía tiempo que no veíamos los laterales de las calles tan llenos, sobre todo en torneos regulares, y como comentábamos hace un par de meses, si Woods vuelve a ganar o, al menos, a frecuentar los primeros puestos, esto será bueno para él y para el golf en general.
El interés que despierta en el público de todo el globo es tan alto que mejora las audiencias, dispara los retornos publicitarios y pone nuestro deporte en los titulares de la prensa, incluso de la no especializada. En fin, repito que no creo en que Tiger vuelva a avasallar como en su día lo hizo, pero le doy la bienvenida a los puestos cabeceros y le felicito por merecérselos.