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Opinión

No es lo mismo que la Ryder

Por Guillermo Artola
martes 03 de octubre de 2017, 19:16h

No es lo mismo que la Ryder Cup, eso por descontado, pero la verdad es que me lo he pasado muy bien viendo la President´s Cup que se ha jugado este pasado fin de semana. A pesar de la paliza sin paliativos que Estados Unidos le ha endosado al equipo Internacional, se ha visto un golf de gran altura y no ha sido aburrido en ningún momento.

Parece qué si no hay posibilidades de que ganen los dos, y en esta edición no ha habido ni un minuto en el que pudiera pensarse que los no norteamericanos tenían alguna opción ganadora, parece digo, que puedes cambiar de canal porque lo que vas a ver no merece la pena. Pues no ha sido así, y se ha visto un juego de enorme calidad por parte de muchos de los jugadores presentes, incluso destellos de algunos de los Internacionales que no eran “jugardocillos” casi amateurs precisamente.

Recordemos que la President´s se disputa entre un equipo de doce americanos, estadounidenses para ser más exactos, y otro del resto del mundo salvo Europa. Hay que tener cuidado de no llamarles los americanos porque, por ejemplo, Adam Hadwin, canadiense y Jonathan Vegas, venezolano, jugaban obviamente en el equipo Internacional, y nadie pondrá en duda que son americanos.

Bien, pues componentes de este equipo como Adam Scott, Jason Day, Marc Leishman, Louis Oosthuizen, Hideki Matsuyama o S. W. Kim son enormes jugadores, pero se vieron sobrepasados por sus competidores en prácticamente todo momento. Hay que tomar nota para el año que viene, año Ryder, en el que el equipo americano va a presentarte repleto de moral, con unos componentes que dan miedo y una solvencia en el juego por hoyos que solía ser la seña de identidad del equipo europeo.

Para explicar la racha de victorias que Europa endosó a Estados Unidos en las últimas ediciones siempre se decía que los nuestros podían ser peores por “ranking” o como individuos, pero que eran un verdadero equipo y eso era algo que no podía decirse de los americanos. Vale, pues no sé cómo lo ha hecho Steve Stricker, pero ha conseguido justo eso, que los “yankees” sean un equipo y jueguen como tal, y no hay duda sobre el resultado. Esperemos que en el año que queda hasta la próxima Ryder los egos de los jugadores americanos se inflen como un culturista lleno de esteroides y lleguen a la Copa como siempre lo han hecho, deseando la victoria personal y no tanto la del compañero. Si no es así, sufriremos…

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