Esto seguramente te sonará, y si crees que no, haz caso y, remédialo y tu nivel de golf mejorará.
“Tengo que acordarme de mirar a la bola hasta después de golpearla, cuando ya no esté donde estaba”. Tienes más que comprobado que, cuando lo haces así, tus golpes son más sólidos y le pegas con el centro de la cara muchas más veces. Así, mientras calientas para jugar un torneo o un simple partido con los amigos, te esfuerzas, te obligas, miras a la bola, mantienes la postura, que es lo que se quiere conseguir manteniendo la mirada, y tus golpes son tan buenos que piensas: “¡Ja! Hoy sí, hoy los voy a poner finos a todos”.
Luego llegas al “tee” del uno, esperas a que te toque salir, te atacan un poquito los nervios y si, para cuando es tu turno y le pegas a la bola sigues acordándote de mirarla, bienaventurado sea Dios porque lo normal es que para entonces se te vaya la mirada detrás por la angustia de saber si va a la calle o empezamos la mañana buscando en el “rough”. Reconoce, también, que si a la primera has sido capaz de mantener la postura, no tardarás en olvidarte de tan importante premisa y en pocos golpes estarás dándole a la cocorota de la bola que saldrá rodando por el suelo como si alguien la persiguiera.
Vale, pues todo esto es para argumentar lo frágil que es la memoria del golfista. A estas alturas ya nos hemos olvidado de la victoria de Sergio en el Masters demostrando una frialdad y un aplomo enormes en los últimos hoyos y en el desempate, justo lo contrario de lo que hacía años que se le criticaba. Mucho más ha pasado a la historia, reciente pero historia, el comienzo de temporada de Jon Rahm, que en su primer año completo como profesional está dejándonos a todos con la boca abierta. Ya ganó en el PGA Tour a poco de empezar la temporada, ha conseguido segundos y terceros puestos y, seguramente para evitar que nos olvidemos de lo bueno que es, del futuro inmenso, victorioso y creo que cercano que tiene, ha vuelto a ganar, ahora en el Tour Europeo, donde por cierto acaba de aterrizar esta temporada. Su victoria en el Open de Irlanda ha sido apoteósica, machacando el récord del torneo y sacando seis golpes al segundo. Y con todo esto no tiene que preocuparse, nos acordaremos de lo magnífico que es, por una vez no nos fallará la memoria. ¿Será esto lo que llaman memoria Rahm?