Los tres bajo par de Jon Rahm ayer en la primera vuelta del Wells Fargo Championship para situarse noveno empatado en la clasificación, siguen siendo la demostración de una enorme calidad que le ha llevado a estar en lo más alto de la clasificación mundial.
Pero el segundo golpe del 15, en un par tres muy exigente, en el que se fue a la derecha y dio un approach mágico levantando la bola más de 15 metros para que muriera a apenas un metro y medio del hoyo, fue de lo mejor de la jornada.
Un instante mágico que recordó las mejores versiones de su maestro Phil Mickelson o del gran Seve Ballesteros. Un golpe lleno de recursos y calidad que demuestran biena a las claras las posibilidades infinitas del de Barrika con un palo en las manos.