Ayer salto la noticia cuando la ministra francesa de Ecología, Desarrollo Sostenible y Energía, Ségolène Royal, aseguro ayer que el grupo automovilístico Renault no instaló ningún dispositivo manipulador en sus vehículos para alterar las emisiones, si bien ha indicado que las pruebas realizadas por las autoridades galas han detectado excesos en los niveles de dióxido de carbono (CO2) y de óxidos de nitrógeno (NOx) de la firma y de dos marcas extranjeras.
También la Comisión Royal detecto que Renault no había cometido fraude ni había manipulado las emisiones de sus modelos, resaltando que “los accionistas y los trabajadores pueden estar tranquilos”, al tiempo que aseguro que no se había instalado ningún dispositivo fraudulento ni en modelos de Renault ni de otros fabricantes, a excepción de Volkswagen. No obstante, sí confirmo que tanto la marca del rombo como otros dos fabricantes no franceses excedieron los estándares de emisiones de NOx y de CO2. De este modo, también afirmo que el Grupo PSA (Peugeot Citroën) no superó los límites y ha añadido que la cooperación de Renault para aclarar el asundo ha sido ejemplar.
Por su parte, el ministro de Economía francés, Emmanuel Macron, también destaco que el caso de Renault, de ninguna manera, se puede comparar con la situación de Volkswagen y aseguro que mantiene su total confianza en la compañía del rombo.
Todo esto surge después de la revelación pública de la Agencia Americana de Protección del Medio Ambiente (EPA) sobre la existencia de un software del tipo “Defeat Device” utilizado por un constructor automovilístico europeo de primer rango, Volkswagen. Desde ese mismo momento el gobierno francés formó una comisión técnica independiente con en nombre Comision Royal. Su misión, verificar que los constructores franceses no hubieran equipado sus vehículos con algún tipo de software equivalente.
En este contexto, la UTAC (Grupo Independiente de Homologación y Certificación de productos) prueba 100 vehículos en circulación, de los cuales 25 son Renault como parte equivalente a la cuota de mercado de la marca del rombo en Francia. Y a finales de diciembre de 2015, once vehículos ya se habían probado, cuantro de los cuales son Renault, lo que permite a los poderes públicos franceses establecer un diálogo nutrido y fructífero con la ingeniería Renault.
En este sentido, la Dirección General de la Energía y del Clima (DGEC), interlocutor piloto de la Comisión técnica independiente, según el Ministerio de Ecología, Desarrollo Sostenible y Energía, considera que el procedimiento en curso no pone de manifiesto la presencia de un software malicioso equipado en los vehículos Renault. Por lo que en principio se trata de una excelente noticia para Renault.
También los tests en curso permiten anticipar soluciones de mejora para los vehículos de la firma francesa que salgan de las factorías y para los que ya están en circulación. Y con los resultados, el Grupo Renault ha decidido que estas soluciones se presenten rápidamente en un Plan de Emisiones de Renault y que tendrá como objetivo reforzar el rendimiento energético de nuestros vehículos. En paralelo, la DGCCRF (Dirección General de la Competencia, del Consumo y del Control de Fraudes) se ha presentado en la sede social en el Centro Técnico Renault de Lardy y en el Technocentro de Guyancourt y ha decidido, proceder a una investigación complementaria “in situ”, que tiene como mision validar de forma definitiva los primeros elementos de análisis realizados por la Comisión Royal.
En la actualidad el Grupo Renault se encuentra actualmente en el top 3 (1º en 2013, 2º en 2014) de los programas de mejora de la huella de CO2. Y después de tres años, la firma del rombo ha reducido en un 10% la huella de carbono de sus vehículos.