El piloto alemán Nico Rosberg se ha proclamado este domingo vencedor del Gran Premio de Austria, octava cita del calendario de la Fórmula 1, por delante de su compañero de equipo Lewis Hamilton, segundo, y del piloto brasileño Felipe Massa , tercero, mientras que los españoles Fernando Alonso y Carlos Sainz abandonaron y Roberto Merhi (acabó en la decimocuarta posición.
Así las cosas, Rosberg ha logrado la tercera victoria de la presente temporada, tras el triunfo de Hamilton en el último Gran Premio celebrado en Canadá, y sigue la pista de su compañero de escudería, en un fin de semana en el que el germano salió victorioso gracias a una gran salida con la que se colocó líder en la primera curva y a una sanción de cinco segundos al piloto británico por cruzar la línea blanca en la salida del "pit lane".
Solo existió, como viene sucediendo en las últimas fechas, un único color sobre el asfalto del Red Bull Ring, un circuito levantado con la inversión de Mateschitz (dueño de la marca de bebidas energéticas), el plata de Mercedes dominó la sesión. La escudería presidida por Toto Wolff, que evidenció problemas en la sesión del sábado con resbalones de Hamilton y de Rosberg en la clasificación, fue dueño y señor del guion de la carrera. Ni las mejoras en el chasis de Vettel, con un motor que se fortalece semana tras semana, han impedido que las flechas plateadas impusieran su ley por séptima vez en este curso.
La batalla del "Cavallino Rampante" se focalizó con el Williams pilotado por Felipe Massa, que ganó la tercera posición aprovechando un error de los mecánicos al quedarse enganchada una rueda en el pit stop de Vettel. El brasileño, muy inspirado, cerró los espacios al piloto germano, que vuelta a vuelta recortaba décima a décima su distancia en busca del podio, y aguantó las embestidas para lograr el segundo podio consecutivo de Williams.
No hace tanto, en octubre de 2007, Kimi Raikkonen se proclamaba campeón del mundo con su victoria en el Gran Premio de Brasil aventajando en la clasificación con un punto a un Fernando Alonso que acabó el Mundial en tercera posición. Ocho años después, el finlandés y el asturiano no acabaron el Gran Premio de Austria después de que el "hombre de hielo"perdiera la tracción trasera y acabara con el monoplaza de Alonso -con una sanción de 25 puestos y obligado a hacer un "drive thorugh"- encima de él. La presencia de ambos pilotos en el Red Bull Ring fue testimonial y en la segunda curva de la primera vuelta al trazado acabaron con sus opciones en carrera. El bicampeón del mundo, con la única opción de probar las mejoras del coche a lo largo de un fin de semana que calificó de "entrenamiento", ha cosechado su cuarto abandono consecutivo y supera de esta manera los tres que sumó en su primer año en la Fórmula 1 con la escudería Minardi (2001).
En las entrañas de McLaren, que suma únicamente cuatro puntos a estas alturas en la clasificación de constructores, siguen sin llegar los resultados esperados. Condenados desde el principio por excederse en el límite de cuatro motores que podían emplear durante la temporada, el británico Jenson Button -penalizado con 25 posiciones y un "stop & go", siguió el camino de su compañero de equipo abandonando en la décima vuelta de carrera.
Austria no albergaba, tras ser despojado del calendario en 2003, un Gran Premio de Fórmula 1 desde la temporada pasada cuando Dietrich Mateschitz metió el dinero suficiente como para hacerlo atractivo y volver a disfrutar del circo que engloba a este deporte. Desde su debut en Australia en 2005, la escudería con base en Milton Keynes solo ha corrido un Gran Premio en su país y su mejor clasificación fue un octavo puesto de Daniel Ricciardo. Las malas actuaciones han tenido su continuidad este curso, con un décimo puesto del piloto australiano y un duodécimo del ruso Daniil Kvyat.
Obtuvo mejores resultados su filial, Toro Rosso, con el octavo puesto del holandés Max Verstappen, que protagonizó una vibrante batalla contra el Lotus del venezolano Pastor Maldonado, al tiempo que el madrileño Carlos Sainz no pudo acabar al verse obligado a abandonar en el ecuador de la carrera por problemas con la batería en su monoplaza.
En definitiva, otra carrera para olvidar para McLaren-Honda. Ya es tan habitual en este comienzo de 2015 que la frase empieza a ser recurrente. Otra vez, los objetivos no se han cumplido a pesar de ser tan simples como terminar. A pesar de ser Austria una prueba para hacer unos test que ya deberían estar hechos en este gran premio, en el octavo gran premio del Mundial. Con Rosberg ganando y con muchos mejorando, en Woking todavía siguen sin tener seguro el cruzar la bander a cuadros. Ni diez vueltas duraron sus dos coches. Ni diez kilómetros pudo dar Fernando Alonso, a pesar de que su inicio fue prometedor y de que pasó del puesto 19 al 14 en tan sólo dos curvas. Una pena que cuando dio unas más terminó contra el muro por un accidente con Kimi Raikkonen. El finlandés perdió el control de su Ferrari y se llevó al español consigo. Lo positivo, sabiendo que ambos pilotos están bien, es que en esta ocasión no fue problema de motor.
Claro que era nuevo, aunque lo mismo puede decir Jenson Button, que tenía casi toda su unidad de potencia renovada y que dijo adiós al Red Bull Racing en la décima vuelta. Podía haber dicho antes adiós, porque ya rodaba cual utilitario por el asfalto tiempo atrás de que le dijeran que tocaba volver al garaje. Pruebas no superadas para él, y datos no logrados para un equipo que no es un equipo cualquiera. Y es que McLaren es McLaren. Y Honda es Honda. Y su unión, en el mes de junio, no sólo no ha dado a luz un coche capaz de puntuar, sino que de momento ni tan siquiera es un coche fiable que sepas que va a volver al garaje tras cruzar la bandera a cuadros. Y sin fiabilidad no hay pruebas. Sin pruebas no hay mejoras. Sin mejoras no hay ni puntos ni podios. Ni tampoco victorias. Hay que ponerse las pilas. Hay que hacerlo ya.