La
presente edición se convirtió desde muy pronto en un duelo sin cuartel de
antiguos campeones, el citado Xavier Guzmán -fino, acertado, por muchísimos
momentos brillante, nada menos que 44 hoyos consecutivos sin cometer un fallo-
contra un Alfredo García Heredia con vitola de doble campeón de España (2011 y
2014) y con evidentes ansias de ampliar a base de aciertos su hoja de
servicios.
El
asturiano, un ejemplo de solidez durante la primera mitad del campeonato, cuando
miraba a los demás desde su atalaya de líder, chocó sin embargo con un Xavier
Guzmán llevado en volandas por una sucesión de espectaculares aciertos
crecientemente jaleada por la afición local, apasionada por sendas tarjetas de 6
bajo par, en la segunda y la tercera ronda, que le llevaron en volandas hasta un
liderato que, eso sí, debía de mantener en la última y definitiva jornada.
La
renta acumulada a base de buenas tandas de birdies y, sobre todo, ausencia de
errores, era una auténtica declaración de principios por parte del lince de
Doñana, cuatro golpes de ventaja sobre Alfredo García Heredia que convirtieron
el último partido en un duelo de características cinematográficas.
La
tensión, sin embargo, se palpaba en el ambiente desde primera hora de la
calurosa mañana. Ambos con una diferencia insalvable en la práctica con respecto
al resto de sus cualificados rivales, Xavier Guzmán y Alfredo García Heredia
establecieron un tirante marcaje mutuo que adquirió ribetes de espectáculo
cuando el asturiano, un ciclón de inicio, rubricó dos birdies en su tarjeta
(hoyos 2 y 4) que redujeron la diferencia inicial de 4 golpes a parámetros donde
la emoción y el espectáculo adquirieron máximo protagonismo.
Rigidez,
presión, nerviosismo, estrés, angustia e incluso incertidumbre fueron conceptos
que aparecieron de súbito sobre las calles y los greenes del bello recorrido de
Doñana Golf, cuestiones plasmadas en dos errores consecutivos de Xavier Guzmán
en los hoyos 7 y 8... sin embargo no solo reproducidos, sino incluso aumentados,
por Alfredo García Heredia entre los hoyos 7 y 9.
Una
bola debajo de un árbol antes de dropar en el hoyo 7; la bola enviada al agua y
un putt defectuoso en el hoyo 8; otro putt errado en el 9... bogey, doble bogey y
bogey inundaron la tarjeta de Alfredo García Heredia, inutilizando en la
práctica su posible capacidad de reacción.
Bien
es cierto que restaba aún una larga segunda vuelta, 9 hoyos de posibles
alternativas, pero la distancia readquirida de nuevo por Xavier Guzmán -otra vez
4 golpes de ventaja- constituía un muro de proporciones descomunales incluso
para un Vicente Blázquez que, aprovechando el desfallecimiento de Alfredo García
Heredia, se colocó a su altura en la clasificación, más meritorio segundo puesto
para quien ha rendido a un muy buen nivel a lo largo de todo el torneo.
"El
doble bogey en el hoyo 8 me mató", resumía con desconsuelo Alfredo García
Heredia antes de partir hacia Barcelona para disputar el Open de España, su
siguiente compromiso.
"Ha
sido una muy buena semana, me voy muy contento. He trabajado e incluso he ganado
el partido estelar esta última jornada. Este es el camino para seguir
progresando", afirmaba con satisfacción Vicente Blázquez.
"La
clave ha sido la paciencia. Por eso, qué bonita forma de concluir -birdie en el
hoyo 18, con putt desde 5 metros-, qué bonita forma de poder agradecer a Doñana
Golf y a mi familia la confianza que han depositado en mí", sentenciaba quien desde ya mismo se puede
vanagloriar de ser bicampeón de España Profesional con mirada y palabra de lince
de Doñana.