El jugador más esperado en este primer Major de la temporada, Tiger Woods, se ha sentado ante la prensa con una gran sonrisa. Se siente a gusto devolvera estar en competición y en Augusta, una torneo que ha ganado cuatro veces, la última en 2005.
En su vigésimo Masters, Tiger llega como siempre "con la intención de ganar". Se siente capaz y asegura que ha "trabajado de sol a sol, siempre que tenía tiempo libre. Nadie se imagina todo lo que he trabajado para volver". El ex número uno del mundo, con 14 Majors, el último el Us Open de 2008, vuelve dos meses después de su retirada en el Farmers Insurance Open, cuando tras 11 hoyos decidió abandonar con dolores de espalda y de glúteos. Una semana antes, en el Phoenix Open, Tiger no pasó el corte con una segunda ronda de 82 golpes, la peor de su carrera.
Ahora, de nuevo vuelve a la competición y la gran incógnita es cómo está realmente Woods. Para él, sigue estando en las quinielas para la victoria y asegura que "la única diferencia es que Jordan Spieth estaba en pañales cuando gané el Masters. Las nuevas generaciones van creciendo, pero yo sigo trabajando para ganar, eso no ha cambiado". Spieth, segundo el año pasado es otro de los grandes favoritos en este Masters.
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