Lydia
Ko venció ayer en el CME Group Tour Championship cerrando una temporada
espectacular. Aunque diré que no me alegra tanto esa victoria porque fue a
costa de Carlota Ciganda, que estuvo sublime, aguantando magistralmente cuatro hoyos
de play-off frente a la ganadora más joven de la historia del LPGA. Desde aquí,
mi aplauso interminable a Carlota por su actuación en la final, de campeona,
pero tristemente sólo puede ganar una, y no fue ella. Hoy todos los vítores van para la neozelandesa Ko.
Llegaba
al Tiburón Golf Club de Naples, en Florida, a jugar la final tras una temporada
brillante, ya con la corona de Rookie del Año más joven de la historia del LPGA
y número 3 del mundo. No tuvo un comienzo especialmente bueno pues con 71
golpes se quedaba a 5 de la líder, Julieta Granada; repitió resultado en la
segunda jornada manteniéndose a 5 golpes de la cabeza en un torneo duramente
azotado por el viento. La remontada empezó en la tercera vuelta, en la que se
postuló para el título firmando siete birdies para 3 bogeys, 68 golpes y partía
en la jornada final a sólo 3 de la cabeza.
Sabía que con una vuelta limpia de
errores podría adjudicarse el título, y así lo hizo. Fue la única de las que
optaban a la victoria que presentó una tarjeta limpia de errores para forzar el
desempate contra Carlota Ciganda y Julieta Granada. La paraguaya cayó en el segundo
hoyo, y la navarra aguantó el pulso hasta el cuarto hoyo de play-off que le dio
la victoria a la jugadora más joven del LPGA. Con esta, firmaba su tercera
victoria en su primera temporada como profesional, en la que no ha fallado un
solo corte en 42 torneos disputados y ha hecho un total de 15 top ten.
Espectacular.
Un
aplauso merece también la norteamericana Stacy Lewis, que tras perder el
liderato mundial en el mes de agosto, ha finalizado la temporada por todo lo
alto, imponiéndose en los tres galardones más prestigiosos que estaban en
juego: Trofeo Rolex a la Jugadora del Año, Trofeo Vare a la media de resultados
más bajos; y primera en ganancias del LPGA.
Realmente
lo de Lydia Ko es impresionante, pero esto no quiere decir que a partir de ahora
yo vaya a cambiar de opinión, sigo pensando que es una atrocidad que se
presione a una niña o niño de 12, 13, 14 y hasta 15 años para competir entre
los mejores jugadores del mundo en cualquier deporte. Resulta un tanto irónico
que una niña que aún no ha podido sacarse el carné de conducir, se haya
embolsado esta semana un millón y medio de dólares, el mayor premio en toda la
historia del golf femenino. Cada cosa a su tiempo, pero el del Ko está claro
que ha llegado.