Escribo estas líneas con dolor. Todos conocéis mi amor por la cultura asiática y China. Habréis notado en todas mis crónicas el gusto por la cultura oriental, sus principios en cuanto al culto a la mente y a la actividad física, pero esto ya es demasiado.
Pero hoy escribo para mostrar el lado que nadie quiere ver,
el lado que no muestran los touroperadores en sus ofertas ni las fotos comunes
en las oficinas de turismo.
En Pekín vivimos más de 20 millones de personas y día tras
día el número de coches es mayor. Con un crecimiento paulatino de 2.000 unidades al mes. Esta es la imagen que me encuentro muchos días cuando
llego al club para las clases. Una niebla que todo lo cubre, gente con
mascarillas y poco a poco se me hace cada vez más difícil buscar excusas para
rebatir a todos aquellos que desde occidente me lo hacen saber.
China quiere crecer como lo hizo España hace 40 años, todo
el mundo quiere tener coche, agua y calefacción. Y si China esta así es porque desde occidente no se deja de reclamar sus productos, sin importar
en ningún momento lo que China paga al planeta ni lo que el resto del mundo
paga al planeta porque China produzca a ese ritmo desorbitado.
La globalización hace que el planeta sea cada vez mas
pequeño y los problemas no estén tan alejados unos de otros. Cuanto aantes nos
demos cuenta mejor! para unos y para otros.