Y será una Solheim dominada por las más jóvenes, ya que ambas capitanas, europea y americana, en un gesto de valentía, han elegido a jugadoras que se estrenan por primera vez en esta competición, además de las que se lo han ganado por sus propios méritos. Es este el caso de Carlota Ciganda, Caroline Masson y Beatriz Recari, a las que se han unido las británicas Jodie Ewart-Shadoff y Charlie Hull, junto con la italiana Giulia Sergas en suelo europeo; por parte del americano, debutarán Lizette Salas, Jessica Korda, Gerina Piller y Lexi Thompson.
El combinado de capitanas europeas, Newmann junto con Annika Sorenstam y Carin Koch, viendo las jóvenes que se clasificaban para disputar el torneo, podían haber elegido a veteranas como Laura Davies o Trish Johnson, pero han preferido apostar por el futuro del golf.
Toda una generación JASP, 'Jóvenes Aunque Sobradamente Preparadas' que, aunque quizás aún no estén en lo más alto del ránking mundial, algo dice que pronto lo estarán, por ejemplo Jodie Ewart-Shadoff, ganadora de la Escuela del Ladies European Tour que ya ha firmado 3 top 10, entre ellos un 4º puesto en el US Open y 7º en el Kraft Nabisco Championship; o Charley Hull que disputa con éxito su primer año como profesional y será, además, la jugadora más joven en disputar la Solheim Cup, con tan sólo 17 años.
España es el país que más participantes tiene en el equipo europeo, y entre las tres forman un temible combinado que bien se podría parecer al que formaron en su día Seve Ballesteros y Chema Olazábal en la Ryder Cup, o a la actitud de Sergio García en todas ellas: si les comparamos con Carlota, Beatriz y Azahara, encontraríamos muchas cosas en común.
El equipo europeo se enfrenta a la Solheim más complicada de la historia, formado por un gran número de debutantes que tratarán de mantener la copa en suelo americano, algo jamás logrado en esta competición.
Aunque muchos de los nombres del equipo europeo no nos suenen demasiado, nos acabarán sonando porque son todas ellas muy buenas, y pueden perfectamente hacer historia y arrebatarles la copa a las americanas en su casa. Fácil no se lo van a poner, ni las jugadoras, ni el campo ni mucho menos el público, pero si se consiguió ganar la Ryder Cup de Medinah, ¿por qué no repetir la hazaña en Colorado?
Alea jacta est. ¡A por todas, chicas!