Tiger tiene presión positiva. Sabe que está jugando bien, que su puesto en el número uno mundial no peligra, que este año -excelente para él a pesar de no haber ganado un Major- está siendo bueno y que todavía, con grandes torneos por jugarse, puede seguir mejorando cifras y récords.
En su cabeza Tiger quiere repetir la misma hombrada que Mickelson logró hace dos semanas. Es decir, ganar el torneo previo del cuatro Major de la temporada y luego conseguir, después de cinco años, sumar a sus catorce Majors uno más.
La empresa y el reto no es nada fácil pero Tiger tiene confianza en si mismo y sabe que su total recuperación pasa por ganar un Major y acercarse un poquito más a un Jack Nicklaus que, como todos, sigue preguntándose porque no ha vuelto a ganar un torneo del Grand Slam desde ese 2008.
"No importan donde estoy jugando o como lo estoy haciendo, pero en campos como este es donde me gusta jugar. Es uno de esos lugares importantes para mí" Unas frases que Tiger repite siempre que llega a campos como Torrey Pains, el Doral de Miami, Bay Hill o Sawgrass donde ha venido ganando año tras año. Si el domingo consigue la victoria será su octavo entorchado aquí y el mejor salvoconducto para intentar borra de un plumazo los 20 Majors en los que no ha rascado nada desde 2008.