Estaba claro que la altura y el verbo volar estaba de moda en la V Edición de la Salmes Cup. Llegando a Golf Las Américas de Tenerife en un avión propio, con el logo impreso a lomos del 747 de Iberia, la copa tenía que llegar también desde el aire. Y así fue. Ante la llamada insistente de los jugadores, la copa planeó delante de ellos y aterrizó con suavidad para lucir en un escenario donde no faltó de nada.