Desde algo tan imprevisible, en el caso de Mikel San José, como una enfermedad infantil (la varicela), que es poco preocupante para un niño, pero que para un deportista de elite es muy peligrosa sobre toda por la posibilidad de contagio, hasta un accidente, como le sucedió a Samuel Sánchez.
El ciclista sufrió una caída que le provocó una serie de fracturas que en sí mismas no serían demasiado problemáticas. Por lo general los huesos tienen un tiempo de consolidación y se suelen curar bien, pero también en muchos casos dejan pequeñas secuelas que incapacitan para tener un rendimiento total. Samuel todavía tiene dolencias en la mano y no puede frenar con seguridad, lo que supone un peligro para él y para el resto de sus compañeros.
Hay otro tipo de bajas, por lesiones muy graves, que hace años les habrían incapacitado para la práctica deportiva, pero que hoy en día tienen mejor pronóstico. Es el caso de Ricky Rubio, nuestro jugador de la NBA, que tuvo una lesión usual en los futbolistas de ligamento cruzado anterior hace cuatro meses y que, después de ser tratado en Colorado por el famoso Dr. Steadman va estupendamente bien.
Más preocupante es la rotura completa del tendón de Aquiles derecho de la lanzadora de jabalina Mercedes Chilla, a la que recomiendo muchísima paciencia y calma y que sepa que necesitará al menos un año de baja antes de intentar recuperar el mismo nivel que tenía.
Quizá la ausencia más sonada haya sido la de Rafa Nadal, a quien sugiero con todo mi cariño que haga un replanteamiento profundo de su calendario. Dadas sus características únicas de coraje, ambición y de demanda física a la que somete a su cuerpo para rendir al 120 por ciento, tiene una intensidad de entrenamientos y de competición que no le viene nada bien.
Tiene que ser más selectivo y darse cuenta de que la gran masa muscular que tiene y todo lo que le exige a su cuerpo le producen una sobrecarga en su sistema músculo-esquelético, en especial en los tendones. Estos son los mismos que tenía a los 16 años, pero con una década más de castigo (saltos, arrancadas, frenadas…) y con la mala vascularización de la zona constantemente se producen inflamaciones y micro-roturas que se están convirtiendo en un calvario para él.
Mi recomendación, aparte de reducir su temporada, sería que fuera bajando peso paulatinamente, y que continuase con sus tratamientos de fisioterapia y de biotecnología (factores de crecimiento plaquetario), que le pueden ayudar mucho de cara al futuro.