Tiger culmina el desastre

Se veía venir. Tiger Woods no ha pasado el corte en el último Major de la temporada y deja claro que su regreso tras 12 semanas de lesión no ha sido nada oportuno. Un puesto 37 en el Bridgestone y este derrumbe en el PGA Championship dejan claro que el ex número uno no está ni se le espera.

Los discursos de que volvía al 100 por 100 y de que estaba pegando bien a la bola eran una ilusión que frenaba la incertidumbre, pero la primera ronda con 77 golpes  (+7), y un segundo día, el de la "reacción", con 73 golpes, no echan fuera los nuebarrones que sigue habiendo sobre la cabeza de Tiger Woods.

La resignación era la primera actitud de Tiger que reconocía que lo tenía que hacer era trabajar, aunque el año ya lo tiene casi perdido porque no disputará, a falta de un milagro, los playoffs de la  FedExCup y en principio se le espera para el Masters de Australia. Sigue bajando en el ránking y sigue sumando meses sin ganar. En noviembre será la próxima vez que veamos a un Tigre en peligro de extinción y que da muestras de mucha debilidad.